Con un masivo encuentro centrado en la presencia de Cristo y las Bienaventuranzas, celebró 60 años de sacerdocio.
Los 60 años de vida consagrada del presbítero diocesano, ampliamente reconocido por su compromiso con los pobres y perseguidos, Mariano Puga, fueron celebrados entre cientos de amigos, en un gran encuentro organizado por la comunidad de la parroquia Cristo Jesús Liberador de Villa Francia.
La actividad se realizó en la cancha del Estadio Triángulo, comuna de Estación Central, a la que llegaron las personas poco antes de las 16 horas. Ubicados en diversas mesas, los cercanos, amigos y familiares del “cura obrero”, representantes de víctimas de los derechos humanos durante la dictadura, fieles de La Legua, del Pueblo Mapuche, de los retiros “Buenas nuevas para Jesús” y de cada una de las comunidades donde el sacerdote ha servido y acompañado, quisieron estar ese día con él y compartir la celebración eucarística.
A la misa le antecedió un compartir de los grupos. “Todos conociéndonos antes de la misa, como lo hacían los primeros cristianos”, expresó el padre Mariano, explicando así uno de los signos que se incluyeron en la ceremonia, animada con un coro y, como es tradicional, con la música y los cantos al son del acordeón interpretado por el festejado.
Ya acercándose al fin de la eucaristía, el sacerdote agradeció a los presentes, señalando con emoción que “como siempre lo digo, a mí me parió Helena y Mariano, crecí en una familia linda, los quiero mucho; pero ¡para Cristo, me parieron ustedes! Así de simple, yo no tengo palabras para agradecer eso, el Señor lo sabe, ¡muchas gracias a todos!”
Y añadió: “Traten que en sus comunidades el pueblo sea oído. Esto es lo que el Papa dice en las eucaristías, que el pueblo sea oído. Y que el pueblo vaya a la eucaristía con Biblia”.
Así también, mostrando en alto el papel con las Bienaventuranzas, dijo: “Busquemos todos ser fieles a este mensaje de Jesús. Esa es la mejor manera de construir una Iglesia distinta”.
Lorena Galleguillos, de Río Hurtado de Coquimbo, tampoco quiso perderse esta hermosa celebración: “Vine con mis hijos y mi familia, porque el padre Mariano es muy querido por todos nosotros y venimos a agradecerle su bondad, su espíritu y su entrega. Él nos ha dado mucha fe y es muy querido por toda nuestra comunidad. Siempre recordaremos su gran respeto por cada uno de nosotros”.
Margarita Andrade, familiar de detenido desaparecido, recordó que al padre Mariano Puga “lo conozco desde que llegó a Villa Francia. Yo voy a cumplir 50 años acá en la Villa. Lo conozco del año ’70, cuando llegó acá a hacer su tesis. Mi hijo es un detenido desaparecido y Mariano siempre ha sido un cura consecuente con los Derechos Humanos y un gran profeta para estos tiempos. Muy humano y muy santo”.
La eucaristía concluyó con una enérgica interpretación del canto “Buenas Nuevas”.
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Fuente: Comunicaciones Santiago / www.iglesia.cl