Pastores constructores de paz y unidad

Refiriéndose a las alegrías y desafíos del ministerio pastoral en Myanmar, el Papa Francisco les propuso a los obispos de Myanmar tres palabras claves para su reflexión: sanación, acompañamiento y profecía.

“Los animo a crecer cada día en la oración y en la experiencia del amor reconciliador de Dios, porque es la base de su identidad sacerdotal, la garantía de la solidez de su predicación y la fuente de la caridad pastoral con la que conducen al Pueblo de Dios por senderos de santidad y de verdad”, con estas palabras el Papa Francisco alentó a los obispos de Myanmar durante el Encuentro con los Pastores en la sede del Arzobispado de Rangún, el miércoles 29 de noviembre, en el marco de su Visita Apostólica a ese país.

En su discurso, el Santo Padre resaltó la intensa y gozosa jornada que transcurrieron celebrando la Eucaristía junto a los fieles provenientes de todos los rincones del país, y encontrando a los líderes de la comunidad budista mayoritaria. “Me gustaría que nuestro encuentro de esta tarde —precisó el Pontífice— fuera un momento de serena gratitud por estas bendiciones y de reflexión tranquila sobre las alegrías y los desafíos de vuestro ministerio de pastores de la grey de Cristo en este país”.

Refiriéndose a las alegrías y desafíos del ministerio pastoral en Myanmar, el Obispo de Roma les propuso tres palabras claves para su reflexión: sanación, acompañamiento y profecía.

SANACIÓN

“La primera —subrayó el Papa—, sanación. El Evangelio que predicamos es sobre todo un mensaje de sanación, reconciliación y paz. Mediante la sangre de Cristo en la cruz, Dios ha reconciliado el mundo consigo y nos ha invitado a ser mensajeros de esta gracia sanadora”. Aquí en Myanmar, agregó el Santo Padre, este mensaje tiene un eco particular, puesto que el país está trabajando para superar divisiones profundamente enraizadas y para construir la unidad nacional. “La unidad que compartimos y celebramos —señaló el Pontífice— nace de la diversidad. Esta valora las diferencias entre las personas como fuente de enriquecimiento mutuo y de crecimiento; los llama a vivir unidos en una cultura del encuentro y la solidaridad”.

En este sentido, el Papa Francisco precisó que el ministerio de sanación encuentra una expresión particular en el compromiso con el diálogo ecuménico y la colaboración interreligiosa. “Pido para que vuestros esfuerzos continuos en la construcción de puentes de diálogo y en la unión con los seguidores de otras religiones, a fin de tejer una red de relaciones pacíficas, produzcan frutos abundantes para la reconciliación de la vida del país”.

ACOMPAÑAMIENTO

La segunda palabra que les propongo esta tarde —dijo el Papa—, es acompañamiento. Un buen pastor está constantemente presente ante su grey, conduciéndola mientras camina junto a ella. Como me gusta decir, agregó el Pontífice, el pastor debería oler a oveja. “En estos tiempos estamos llamados a ser una ‘Iglesia en salida’ para llevar la luz de Cristo a cada periferia. En cuanto obispos, sus vidas y su ministerio están llamados a conformarse a este espíritu de compromiso misionero, sobre todo a través de visitas pastorales regulares a las parroquias y las comunidades que forman vuestras Iglesias locales”.

Por gracia de Dios —señaló el Papa Francisco— la Iglesia en Myanmar ha heredado de quienes trajeron el Evangelio a esta tierra una fe sólida y un ferviente afán misionero. Sobre estos firmes fundamentos, sigan inculcando al laicado el espíritu de un auténtico discipulado misionero, especialmente en los jóvenes, a quienes está dedicado el próximo Sínodo de los Obispos. “Una de las grandes bendiciones de la Iglesia de Myanmar es su juventud y, en particular, el número de seminaristas y de jóvenes religiosos. Siguiendo el espíritu del Sínodo, por favor, involúcrenlos y sosténganlos en su camino de fe, porque están llamados, a través de su idealismo y entusiasmo, a ser evangelizadores alegres y convincentes de sus coetáneos”.

PROFECÍA

Finalmente, mi tercera palabra para ustedes —dijo el Papa—, es profecía. La Iglesia de Myanmar —agregó— testimonia cotidianamente el Evangelio gracias a sus obras educativas y caritativas, su defensa de los derechos humanos, su respaldo a los principios democráticos. “Pongan a la comunidad católica en condiciones de seguir teniendo un papel constructivo en la vida de la sociedad, haciendo escuchar vuestra voz en cuestiones de interés nacional, insistiendo particularmente en el respeto de la dignidad y los derechos de todos, especialmente de los más pobres y vulnerables”.

Antes de terminar su discurso, el Papa Francisco alentó a los obispos de Myanmar a seguir adelante en el compromiso de ser pastores fieles y servidores de la grey que Cristo les ha confiado. “Los exhorto a mantener el equilibrio en la salud física sin olvidar la espiritual, en preocuparos de modo paternal por la salud de vuestros sacerdotes. Sobre todo, os animo a crecer cada día en la oración y en la experiencia del amor reconciliador de Dios, porque es la base de vuestra identidad sacerdotal, la garantía de la solidez de vuestra predicación y la fuente de la caridad pastoral con la que conducen al Pueblo de Dios por senderos de santidad y de verdad”.

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Fuente: www.news.va/es

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