Paz artesanal en Siria: tejer la esperanza a través del bordado tradicional

A pesar de todo el dolor y la frustración que sentía Amina, la guerra le hizo descubrir su talento para el arte y la artesanía.

Amina*, de 28 años, vive con su familia en una de las zonas más pobres de Alepo. Se casó a los 18 años y, solo dos años después, cuando comenzó la guerra civil en Siria, su marido se vio obligado a alistarse en el ejército y perdió la vida combatiendo.

Este terrible suceso no fue la única consecuencia de la guerra en su vida. Uno de sus hermanos también murió y otro quedó parcialmente sordo durante un bombardeo. Amina recibió un golpe en el hombro, mientras que su madre empezó a desarrollar varias enfermedades, incluida la diabetes, a causa de la tristeza. Su barrio, Al-Sakhour, estuvo sitiado durante años, por lo que también sufrieron una grave desnutrición.

A pesar de todo el dolor y la frustración que sentía Amina, la guerra le hizo descubrir su talento para el arte y la artesanía. Aprendió bordado tradicional por su cuenta y empezó a confeccionar mantas y ropa durante el periodo más duro de su vida.

A pesar de todo el dolor y la frustración que sentía Amina, la guerra le hizo descubrir su talento para el arte y la artesanía.

“A pesar de todo el terror que vivíamos, encontré cierta felicidad y alivio. Sentí que era capaz de hacer algo bueno, que se puede encontrar algo positivo incluso en las peores situaciones”.

Amina siguió aprendiendo nuevas habilidades y métodos utilizando diferentes materiales, y ahora es capaz de crear tanto decoraciones para el hogar como accesorios de cualquier tipo.

En 2017, el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) comenzó a apoyarla a ella y a su familia con alimentos, atención médica y sesiones de sensibilización sobre temas como la construcción de la paz y las habilidades para la vida. Sesión tras sesión, Amina se sentía tan motivada y cercana al personal que pidió más formación práctica para aprender nuevas habilidades. Respondiendo a su sugerencia, el JRS le ofreció una formación en confección de accesorios, a la que se unió con entusiasmo junto con otras mujeres de la comunidad.

“No importa lo formada que estés, siempre hay algo nuevo que aprender. Aprendí a gestionar mis emociones gracias a las sesiones y salidas organizadas por el JRS. También me ayudaron a expandir mi creatividad y a seguir mejorando mi arte. Todo el equipo, especialmente los trabajadores sociales, se han convertido en una familia para mí”, admite orgullosa.

Amina decidió escapar del terror y encontrar una manera de seguir trabajando en sí misma lejos del conflicto, para construir la paz con sus propias manos en medio de la violencia más cruel que afectó a toda su familia. Decidió convertirse en “Artesana de la Paz”.

* Nombre de fantasía para proteger la identidad de la persona.


Fuente: https://jrs.net/es / Imagen: Servicio Jesuita a Refugiados.

logo

Suscríbete a Revista Mensaje y accede a todos nuestros contenidos

Shopping cart0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0