Reflexiones inspiradas en Amoris Laetitia

Sr. Director:

El artículo “Amoris Laetitia y los divorciados vueltos a casar”, publicado en Mensaje n° 657, nos invita esencialmente a reflexionar acerca de la auténtica “voluntad de Dios”, que algunos confunden a menudo con las leyes institucionales de la Iglesia. Sin embargo, al contrario de lo que sugiere el predominio del discurso oficial, deseo remarcar que la voluntad de Dios es misteriosa. No olvidemos que, desde tiempos inmemoriales, pedimos que “se haga en la tierra como en el cielo”. Esto implica que nuestras aspiraciones deben ser objeto de una oración y no materia de imposición ni reglamentación. Tampoco esa voluntad divina está vinculada a una doctrina determinada. Podemos discutir si está relacionada con el tema del matrimonio declarado, como se intenta hacer en la usual expresión de que este es “signo de la alianza de Cristo con su Iglesia” (a mi parecer, esta es una analogía imperfecta, pues la Alianza a la que se pueda comprometer un hombre nunca llegará a equipararse en perfección con “la Alianza de Cristo con la Iglesia”). Llegando al tema del acceso a los sacramentos por parte de los divorciados, se debe aclarar que no estamos hablando de premios ni regalías. Los sacramentos son modos de encuentro con Dios. ¿Cómo puede negarse su posibilidad para algunos?

Sobre esas materias, se requiere una reflexión sostenida.

Paul Buchet

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