Revista Mensaje N° 705. «Premio Nobel de Economía 2021: ¿Ajustar la teoría?»

El aumento del salario mínimo y de la inmigración no perjudican necesariamente el empleo ni las remuneraciones generales: resultados de los “experimentos naturales” observados por quienes este año obtuvieron el reconocimiento de la Real Academia de las Ciencias de Suecia.

El Premio Nobel de Economía del año 2021 recayó en tres economistas experimentales. El canadiense David Card fue reconocido por sus contribuciones al estudio empírico de la economía laboral. El israelí-estadounidense Joshua Angrist y el holandés-estadounidense Guido Imbens fueron galardonados por sus contribuciones metodológicas al análisis de relaciones causales. ¿Por qué esto es importante? Porque revolucionaron la manera en que hacemos estudios empíricos y, de paso, nos ayudaron a cambiar ciertos paradigmas en el pensamiento económico.

La economía se basa en modelar el comportamiento de los agentes económicos, ya sea de los consumidores, trabajadores, empresas y gobierno. Esto permite estimar el impacto de ciertas políticas, como las de aumentos de impuestos, el aumento del salario mínimo, los subsidios y la regulación, entre otras. Los modelos ayudan a predecir el comportamiento ante los cambios y estimar si la política que se quiere implementar tiene el efecto que se busca. Sin embargo, muchas veces los modelos dan predicciones ambiguas: por ejemplo, un aumento de impuestos a las empresas puede desincentivar la inversión, lo que disminuye la cantidad producida y los impuestos que se pagan finalmente. Por otro lado, ese aumento de impuestos aumentaría la recaudación fiscal, la que puede ser mayor que la caída en la inversión, cumpliéndose entonces la finalidad de aumentar la recaudación. Así, lo relevante es estimar el impacto final, ¿aumenta, o no, la recaudación? ¿Cuánto? Sin datos y sin evaluación del impacto, no sabemos la respuesta.

Otro ejemplo clásico es el aumento del salario mínimo. La existencia de un salario mínimo es una política bastante generalizada en el mundo y afecta a toda la economía. Sirve de índice para las negociaciones salariales del resto de los trabajadores. Además, genera cambios agregados en empleo. Si aumenta el salario mínimo, aumenta el costo de contratación, lo que podría desincentivar el contrato de trabajadores menos productivos. En tercer lugar, el salario mínimo genera cambios en cuanto a que trabajadores y empleadores pueden trasladarse del sector formal al sector informal, y viceversa. Finalmente, un aumento del salario mínimo podría desincentivar la capacitación general en el trabajo o disminuir las compensaciones no salariales, como bienestar, movilización, colación, etc.

La teoría parecería inclinarse por la hipótesis de que un aumento del salario mínimo disminuiría el empleo o, alternativamente, aumentaría el desempleo.

Testear esta hipótesis es difícil. ¿Por qué? Porque la evaluación de los impactos requiere lo que se conoce como “experimento”, en el que debe haber un grupo de tratamiento y otro de control. Es decir, tendríamos que elegir trabajadores aleatoriamente y a unos subirles el salario mínimo –“grupo de tratamiento”–, y a otros no subirles el sueldo —“grupo de control”—, para luego comparar el impacto en el empleo en ambos grupos. Esto nos lleva a un problema ético: a qué trabajadores y empresas elegimos, y porqué. Por lo demás, para estimar el impacto de manera creíble, deben ser empresas similares, de manera que —como en muchos casos en ciencias sociales— en este caso no se pueden lograr muestras aleatorias.

Acá viene una de las contribuciones fundamentales de David Card y Alan Krueger (1994): utilizar experimentos naturales.

Con datos de dos estados vecinos en los Estados Unidos, en uno de cuales se aumentó el salario mínimo y en el otro, no —es decir, de forma natural se tiene un grupo de tratamiento y otro de control—, los autores mostraron que el aumento del salario mínimo no tuvo un impacto negativo en el empleo. Es decir, la evidencia empírica mostró que el aumento del salario mínimo no aumentó el desempleo, como predecía la teoría. Entonces, tenemos que ajustar la teoría a la evidencia empírica. Cabe destacar, eso sí, que los cambios del salario mínimo son en general moderados, por lo que sabemos que esos aumentos no generaron una caída en el empleo, aunque alzas mayores sí lo podrían hacer.

Los efectos de la migración en los salarios también es un tema de estudio relevante en la disciplina. El modelo económico tradicional predice que un aumento fuerte de la oferta de trabajo presionará los salarios a la baja y aumentaría el desempleo. Utilizando un experimento natural, David Card estudió el impacto producido en Miami por la decisión unilateral de Cuba de dejar salir a quien quisiera ir a Estados Unidos desde el puerto de Mariel el 20 de abril de 1980. A septiembre de 1980, habían abandonado Cuba 125.000 personas, las que fueron llamadas “Marielitos”. El resultado de esta política fue un súbito incremento de 7% de la fuerza de trabajo en Miami. La sorprendente conclusión del estudio es que este fenómeno no tuvo un efecto sobre los salarios ni sobre el empleo en el mercado laboral de Miami. Esto llevó a repensar las teorías económicas básicas respecto del impacto de la migración, surgiendo nuevas explicaciones como el aumento en la producción en ciertos sectores intensivos en trabajadores no calificados o incremento en la demanda de los servicios demandados por los migrantes, entre otras.

Con todo, gracias a Card, hoy tenemos una mayor comprensión de los efectos del salario mínimo y de la migración, y eso para la economía laboral es un avance sustancial.

Sin embargo, eso no es todo. Los experimentos naturales no solo sirven en economía laboral, sino que también en otras áreas de la economía y en las ciencias sociales. La identificación de un cambio institucional, buenas bases de datos y una innovación metodológica, como lo sería un experimento natural, permite estudiar los efectos de distintas políticas.

CÓMO SER RIGUROSOS EN LOS EXPERIMENTOS NATURALES

Por su parte, Joshua Angrist y Guido Imbens nos brindaron la formalización necesaria de cómo hacer inferencia causal rigurosa en experimentos naturales. En esa línea nos enseñaron que se puede hacer inferencia causal en experimentos en los que no existe un perfecto cumplimiento de la regla de asignación. En la práctica, al separar a las personas en un grupo de tratamiento y en otro de control suele suceder que algunos terminan no recibiendo el tratamiento y algunos controles sí lo reciben. Es decir, se contamina el diseño del experimento natural. Los laureados demuestran que es posible identificar el efecto promedio local del tratamiento para las personas que cumplen con la asignación, lo que se conoce en la literatura como “LATE”.

Correlación no es causalidad: quizás el mayor avance en esta área es poder estimar el impacto de una política, inferir causalidad. Angrist y Krueger estudian si las personas con mayor educación tienen mayores salarios en el futuro. Aunque parezca obvia la respuesta, no lo es tanto. Es una pregunta causal compleja. ¿Por qué? Simplemente porque las personas más educadas son al mismo tiempo más disciplinadas, más motivadas y productivas, lo que también aumenta los salarios futuros.

Para responder la pregunta, los autores usan el experimento natural que surge del hecho de que los niños nacen en distintos meses del año, por lo que algunos entran al colegio más “viejos” que otros. Dado que en Estados Unidos la educación es obligatoria hasta los 16 años, los estudiantes que cumplen 16 años antes podrían salirse del colegio: grupo de tratamiento. Los autores obtienen un efecto causal de la educación y concluyen que la mayor educación incrementa los ingresos laborales. Los resultados nos entregan estimaciones creíbles, pues efectivamente existe un efecto importante de la educación en los salarios, pero es menor a lo encontrado anteriormente.

La sola predicción por parte de la teoría ya no es suficiente, y ahora tenemos herramientas para testear esas teorías de manera mucho más rigurosa. Estos avances metodológicos han significado el ajuste de nuestros modelos teóricos, acercándonos cada vez más a la realidad en una disciplina como la economía, que estudia fenómenos sociales complejos y que creía tener modelos y predicciones teóricamente sólidas. MSJ

(1) Fallecido el año 2019. Probablemente habría compartido el premio nobel con David Card.

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Fuente: Artículo publicado en Revista Mensaje N° 705, diciembre de 2021.

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