La organización Save the Children ha publicado alarmantes datos a raíz de un estudio que viene realizando en el contexto de feminicidios y violencia intrafamiliar.
El informe señala que, entre los huérfanos del feminicidio, el 17,2% de los hijos supervivientes (más del 70% de los cuales son menores de edad) han estado presentes durante el crimen y el 30% de ellos encontraron el cuerpo de su madre (18% de los cuales eran menores de edad). Hechos dramáticos que generan un daño devastador para sus vidas. Por ello, la organización declara que es esencial reforzar la red de apoyo a las mujeres y niños víctimas de la violencia doméstica.
En este sentido, Save the Children, explica que la alarma lanzada por el Primer Presidente del Tribunal Supremo, Pietro Curzio, en la apertura del año judicial, sobre el aumento del número de mujeres asesinadas en el ámbito familiar y afectivo, “es una confirmación más de que la emergencia pandémica ha producido también una exacerbación de la violencia de género en el seno de las familias”.
“Frente al drástico descenso de los delitos violentos, la emergencia pandémica ha producido, como muestran todos los datos, un aumento de la violencia de género en el seno de las familias. Los niños también son víctimas directas de esta violencia, desde los huérfanos de los feminicidios hasta todos aquellos que cada día se enfrentan a lo que se define como presenciar la violencia en sus propios hogares, una forma de violencia silenciosa y constante que socava su equilibrio psicofísico y es capaz de producir efectos muy graves a lo largo de su vida”, afirma, por su parte, Raffaela Milano, directora de los programas Italia-Europa de Save the Children, organización internacional que lleva más de 100 años luchando por salvar a las niñas y niños en peligro y garantizarles un futuro.
LOS PEORES EFECTOS DE PRESENCIAR VIOLENCIA FAMILIAR
Además, el informe indica que ser testigo de la violencia “es una de las peores formas de maltrato infantil”, que causa efectos físicos, cognitivos y conductuales muy graves “sobre las capacidades de socialización de las niñas, niños y adolescentes, que proyectan en sus propias vidas el estado de inseguridad vivido en un entorno familiar caracterizado por comportamientos violentos hacia las madres y los hijos”.
“Es fundamental reforzar sistemáticamente las acciones de prevención y lucha contra la violencia de género, incluyendo la sensibilización generalizada de todos aquellos que están en contacto directo con las familias (educadores, profesores, pediatras) para interceptar a tiempo las situaciones de riesgo e intervenir, junto a las mujeres, de manera oportuna”, concluye Raffaela Milano.
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Fuente: www.vaticannews.va