Se nos presenta un tiempo para buscar a qué sector montañoso podríamos llegar solas(os) o acompañadas(os) a compartir la presencia de Dios en nosotras(os).
Aprender a abrir nuestra vida a la vida, ser capaces de recuperar la voz de los niños y niñas, ser capaces de transitar por la imagen de un Dios que nace en medio nuestro como un niño.
Detenerse a abrevar en aquellos lugares que son fuentes para el alma cansada, y sentir allí el apoyo de quienes bebieron y se regeneraron antes en esas aguas.
Recuperar algunos de los versos de Zurita presentes en la ‘Pastoral’, versos que, al poseer un cierto fundamento bíblico, nos pueden ayudar a caminar el Adviento.
El domingo 28 de noviembre comenzó el Adviento, el camino de la espera hacia la Navidad, cuyo símbolo más reconocible es la corona iluminada por cuatro velas. Una tradición que sugiere un ambiente cálido y doméstico. Encenderemos juntos una vela “virtual” durante cuatro semanas para descubrir símbolos y significados.
Hagamos camino juntos en este Adviento, busquemos adquirir una actitud de apertura frente al misterio de la encarnación de Dios, dejemos espacio en nuestra agenda para el silencio y el encuentro.