Parece incomprensible que algunos que en otro tiempo reclamaban derechos humanos y que todavía hoy quieren ostentar el título de sus “defensores”, sean los primeros encubridores.
Una rastrera operación política que discrimina claramente a una importante porción de venezolanos que pasaremos a ser extranjeros en nuestro propio país.
Para salir de esta tragedia, es la sociedad venezolana entera la que se tiene que poner en pie de marcha. Nadie se puede excusar, ni puede negar su esfuerzo para el cambio.