No te dejes seducir por la propaganda, ni por las encuestas. Reflexiona, dialoga con tus cercanos, ora al Espíritu Santo, y decide por el bien del país.
Estamos frente a una depravación y degeneración de la política, porque una cosa es que un partido asista monetariamente a sus activistas en una jornada de mucho trabajo como el electoral, y otra es que, usando los fondos del Estado, se compre el voto del ciudadano con hambre.
Se juega mucho el bienestar del país. Por ello, piensa, analiza, participa, decide, apoya a quien te dé más confianza de sacar adelante al pueblo, sobre todo a los más excluidos.
Dos visiones de país que se disputan el poder, pero por lo extremas y sectarias que son, colocan sobre la mesa dos interrogantes compartidas por muchos países latinoamericanos: ¿por qué siempre elegir entre el mal menor?, ¿qué pasa si nos equivocamos?
No nos contentemos con la poquedad de la política: necesitamos dirigentes políticos capaces de movilizar vastos sectores populares en pos de grandes objetivos nacionales y latinoamericanos.
En un informe presentado el 22 de mayo se asegura que el proceso electoral no respetó las garantías básicas y sugiere la necesidad de repetir los comicios.
“Queremos ver candidatos realmente interesados en representar las expectativas del pueblo, las ilusiones de todas las personas en Colombia”: así lo expresó el Secretario de la Conferencia Episcopal, Mons. Elkin Álvarez Botero, y manifestó asimismo la importancia de tutelar la vida y la familia.