Es triste que no seamos capaces de alegrarnos cuando un compañero tiene un éxito. Es muy significativo cómo nos fijamos en los ínfimos errores de un proyecto y obviamos las grandes luces del mismo.
Somos invitadas por el mismo Jesús a alegrarnos y a vivir contentas porque cada una de nosotras a su paso está dejando nuevas semillas del Reino de los Cielos por cuya construcción Jesús se la jugó.
Cualquier actividad motriz, de mayor o menor nivel de competición, es una metáfora de la vida, un descubrimiento de sí mismo, de los propios límites y talentos.
El 20 de marzo se celebró la Jornada Mundial de la Felicidad. Vatican News ha propuesto una especie de decálogo de la alegría, extraído del magisterio del Papa Francisco.