Deberemos preguntarnos si esperamos que la vacuna sea una máquina del tiempo que borre todo lo que hemos vivido, o un paso adelante que nos permita construir desde lo vivido, lo bueno y lo malo.
Acoger la vida con todos sus matices, asumirla con todas sus tonalidades y agradecerla con todos sus ritmos es una forma de abrirnos al misterio inefable de la vida que redunda siempre en una firme esperanza.
Las encíclicas del Papa Francisco Laudato si’ y Fratelli tutti fueron el centro de la conferencia promovida por el gerente divisional del Banco Südtirol en colaboración con los medios de comunicación del Vaticano. Entre los participantes se encontraban el cardenal Gianfranco Ravasi y representantes de empresas que prestan servicios financieros con un propósito eco-sostenible.
Ante la crisis ambiental que vive el planeta se vuelve imperiosa la necesidad de contemplar y atender la voz de las nuevas generaciones, los verdaderos herederos de una Tierra que grita “basta”.
No acabamos de creernos que el responder a la pregunta vocacional de un modo superficial, o contentándonos con mínimos, también tiene sus consecuencias en la plenitud de nuestra vida.
Es cierto que la vida conlleva una parte de fracaso seguro, pero también mucho de esperanza y plenitud. La pasión por cambiar el mundo puede durar “toda la vida”.
¿Debemos pensar en un mundo donde desaparecerá el trabajo tradicional? ¿Qué sucederá con la mano de obra que hace desaparecer la robótica? ¿Cómo afectará esta transformación a las clases más humildes?