“Todos podemos ayudar, nadie sobra ni nadie puede darse por evadido a la hora de dar la cara al hambre. Esta lacra no es cuestión de que la erradiquen los gobiernos y las organizaciones internacionales. Es entre todos que podemos derrotar el hambre, y para ello basta querer”.
El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile pidió a todos quienes tienen alguna responsabilidad y participación en esta delicada situación implementar mecanismos y soluciones adecuadas que resguarden la vida de estas personas, buscando siempre la verdad y la justicia a través de un debido proceso judicial.
Tal como sucede en Venezuela, los malvados siempre agreden a los justos. El vínculo, entre la verdad y la justicia o entre la falsedad y la injusticia, ha sido reforzado con múltiples ejemplos a lo largo de la historia del mundo.
Ante la huelga de hambre iniciada por cuatro mapuche en la cárcel de Temuco, y que ya superó los cien días, queremos manifestar como Iglesia nuestra enorme preocupación por este hecho, y así sumarnos a la angustia de sus queridas familias.