El misionero capuchino Charly Azcona trabaja desde 1985 en la selva de Ecuador y señala que “el Sínodo para la Amazonía es un proceso que tenemos que continuar. Es un proceso que el Papa nos está marcando, pero que muchos misioneros lo han vivido, y nos han dejado ese legado”.
El misionero jesuita fue ejecutado hace treinta años por su defensa de los indígenas. Una sentencia que recuerda la impunidad de los crímenes contra los pueblos originarios.