Somos invitadas por el mismo Jesús a alegrarnos y a vivir contentas porque cada una de nosotras a su paso está dejando nuevas semillas del Reino de los Cielos por cuya construcción Jesús se la jugó.
El confinamiento y las restricciones en muchos países para frenar las infecciones por coronavirus no impiden que los traficantes de personas conviertan la trata en un negocio creciente en Internet.
Por alguna razón atribuible a la edad y el oficio, acostumbramos comenzar el día leyendo las necrológicas. Y nos enteramos que ha muerto gente que apenas conocíamos y que tendríamos que haber conocido. Aquí tres de esas personas.
¿Quiero ser escogida? Sí, porque Tú entregaste lo más valioso, tu hijo tan solo para salvarnos y compartir ese eterno banquete, gracias Señor por tu llamado.