Este tiempo puede ser para nuestro mundo, para nuestras familias y comunidades, posibilidad de re-creación, momento del salto transformador de nuestra fe y de nuestra experiencia de Ser Iglesia.
En Kivu del Norte, el Servicio Jesuita a Refugiados ofrece protección a las mujeres desplazadas a través de formación profesional y actividades generadoras de ingresos.
Cristianas y cristianos contamos con una certeza inmensa. Dos, más bien: la primera es Cristo, Cristo en nuestras vidas. La segunda es que después de la muerte en cruz, viene la vida.