La oración no es principalmente una práctica, un rezo, una meditación, un tiempo que dedico a contemplar tal pasaje o a leer tal texto. La oración es fundamentalmente una actitud.
En su mensaje para la Cuaresma 2021, el Santo Padre Francisco alienta a los cristianos a prepararse para la celebración de la Pascua, recorriendo un camino de conversión basado en tres puntos clave: La fe, la esperanza y la caridad, expresadas en tres gestos concretos que podemos aplicar en nuestra vida diaria: el ayuno, la oración y la limosna.
Echar raíces en una sola tradición casi siempre empobrece el suelo de la experiencia, simplifica el paisaje interior y reduce la diversidad de encuentros con el Misterio.
El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile envía un mensaje por la Solemnidad de la Virgen de Carmen, expresando que —aunque debido a la pandemia no se podrá peregrinar a los santuarios marianos— al igual que “la Carmelita” se puede estar presentes más que con palabras, a través de la presencia física o remota al lado de los que sufren. Junto con motivar a una mayor solidaridad y agradecer al voluntariado, los pastores animan al diálogo para alcanzar acuerdos generosos para superar las injusticias y salir de la crisis.
El Papa, en la Audiencia del 24 de junio, continuó desarrollando el tema de la oración. En esta ocasión se centró en la figura del rey David, como pastor, poeta y soñador. “David tiene un sueño: el de ser un buen pastor”. La oración es la que asegura la relación con Dios y le permite ser “Compañero en medio de las travesías de la vida”.