Rotos los signos de la función paterna, puesta en total evidencia la crisis, salta a la luz la necesidad de preguntarnos por el significado de esa función.
Por
Mujeres Comunidad Jesús Buenas Nuevas, La Legua
El “Pan” que ofrece la sociedad actual es un “Pan material”, construye a la mujer basada en aspectos superfluos, útiles para la publicidad: el ego, la estética, el placer, la frivolidad y el consumismo, entre otros.
El envío que nos hace Jesús es una invitación a renovar esa fuerza del Espíritu, de salir al encuentro de la misma manera como Él lo hizo, a dejarnos tocar por la realidad y sus necesidades, a construir una Iglesia-comunidad, que camina unida, servidora, aprendiz, sanadora y liberadora.
Cuando alguien descubre en Jesús al Dios amigo del ser humano, el Padre de todos los pueblos, el defensor de los últimos, la esperanza de los perdidos, sabe que no encontrará una noticia mejor.
Lo decisivo: el amor solidario. No hay religión verdadera, no hay política progresista, no hay proclamación responsable de los derechos humanos si no es defendiendo a los más necesitados, aliviando su sufrimiento y restaurando su dignidad.
Si los países privilegiados solo buscamos “salvar” nuestro nivel de bienestar, si no queremos perder nuestro potencial económico, jamás daremos pasos hacia una solidaridad a nivel mundial.