El sacrificio no es una negación de la libertad, sino un modo de ejercerla de forma plena. El sacrificio, bien entendido, no es un coste. Es una oportunidad.
El fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo, en cuanto es su autor. Con lo cual resulta claro que el patrón de medida de la valoración del trabajo es la dignidad del hombre que lo realiza y su finalidad última no es otra que el hombre mismo.
En la vida como en el deporte se hace necesario tener los pies bien plantados en el suelo, siendo capaz de reconocer los propios dones sin vanagloriarse, y las propias fragilidades sin castigarse.
El deporte contribuye al desarrollo integral de la persona en su formación, en sus relaciones y en su espiritualidad. No deja de ser aquel mens sana in corpore sano de la antigua Grecia.
Yo sigo dudando y buscándote en los rostros. Y tú me sigues señalando el camino hacia la humildad, la ternura y la esperanza. En silencio y sin estridencias. Como siempre has hecho.
Cualquier actividad motriz, de mayor o menor nivel de competición, es una metáfora de la vida, un descubrimiento de sí mismo, de los propios límites y talentos.
Dios quiere ser vulnerable, tanto como cualquiera de nosotros. Mientras nos preocupamos por luchar incansablemente contra los signos de la edad, Él quiere anclarse en el espacio y en el tiempo.