Muchos se preguntarán por qué es importante recordar al movimiento falangista desde nuestro presente. Me parece que la clave está en lo que la política dejó de ser en Chile.
La política en este país ocupa unas formas que no tienen en consideración ni la sostenibilidad ni el fortalecimiento institucional del Estado. Y su privatización conlleva una cooptación de lo público.
La reciente elección presidencial registró la más alta cota de votación de los últimos 120 años. La alta afluencia a las urnas es, sin embargo, la expresión de una creciente polarización política.
Es ahora el momento de conectarse. De darse cuenta que, más allá de los sesgos políticos militantes, hay un país que pone en la Constitución, en nuestro marco normativo, un nuevo sueño.
Las protestas continúan en rechazo al Presupuesto del Estado para el año 2021 aprobado la semana pasada por el Congreso. La Iglesia califica de “miopía ética” la eliminación de partidas para sanidad y educación y considera que esto no favorece la gobernabilidad del país. Por su parte, monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez hizo un llamado a la ciudadanía a mantener la paz y fomentar el diálogo tras el descontento de la población.
La serie europea mantiene indesmentible vigencia a diez años de su estreno, siendo hoy una de las más vistas en nuestro país en su ejercicio de exponer los claroscuros del juego político.