“Tenemos que profundizar más”, semana de reflexión en Taizé sobre las migraciones

La comunidad de Taizé ha acogido durante años a refugiados de Vietnam, Ruanda, Bosnia, Irak, Siria y, más recientemente, a grupos de jóvenes subsaharianos y afganos de origen musulmán procedentes de los campamentos desmantelados de Calais, en Francia.

La comunidad monástica ecuménica de Taizé, en Francia, organizó una semana de reflexión sobre migraciones del 16 al 23 de julio. Durante esas jornadas, unos 3.500 jóvenes de diferentes países se reunieron allí. Profesionales, académicos, refugiados, políticos y jóvenes voluntarios compartieron sus puntos de vista y animaron a los jóvenes a reflexionar sobre su compromiso concreto en la acogida e integración de migrantes y refugiados en sus contextos locales.

Durante una de las plegarias, el Hermano Alois, prior de la comunidad, compartió lo siguiente: “Estoy convencido de que, sin un contacto personal con los migrantes, no encontraremos soluciones. Espero profundamente que las migraciones en el mundo puedan fomentar una nueva solidaridad entre los pueblos. ¿Acaso nuestra fe como cristianos no conlleva la responsabilidad especial de promover tal solidaridad? Será entonces cuando podremos descubrir —y esta es nuestra propia experiencia en Taizé— que nuestra fe, nuestra confianza en Dios, se sostiene y profundiza al abrirnos a los demás. Para nosotros los hermanos, la apertura a los otros, sin importar de qué horizontes vengan, y la confianza en Dios, son inseparables”.

La comunidad de Taizé ha acogido durante años a refugiados de Vietnam, Ruanda, Bosnia, Irak, Siria y, más recientemente, a grupos de jóvenes subsaharianos y afganos de origen musulmán procedentes de los campamentos desmantelados de Calais, en Francia. Algunos de ellos compartieron las experiencias de sus viajes y las razones por las que huyeron.

Un refugiado del norte de Afganistán explicó que había atravesado doce países durante tres meses, viajando a pie, en tren, en barco y en autobús. Su pueblo había sido atacado por los talibanes y su familia se dispersó. Ahora trabaja en una empresa de construcción y, entre sus trabajos, ha restaurado la iglesia románica del pueblo de Taizé. Su esperanza es volver a su país y reunirse con su familia.

El P. Michael Czerny sj, de la Sección del Vaticano para Migrantes y Refugiados, transmitió los saludos del Papa Francisco y algunas de sus palabras: “¿Es normal que esta sensación de indiferencia crezca día a día? ¿Es normal que el Mediterráneo se haya convertido en un cementerio? ¿Es normal que tantos y tantos países […] cierren sus puertas a estas personas heridas, que huyen del hambre y de la guerra, a estas personas explotadas que buscan un poco de seguridad… es normal? Esa es la pregunta: ¿Es normal? Y si no es normal, debo involucrarme para que no ocurra. Esto requiere valentía, queridos amigos, esto requiere valentía”.

Miembros del Parlamento Europeo de Polonia, Francia y Bélgica explicaron el actual enfoque político en Europa, y organizaciones como Caritas, la OIM y la Red Cristiana para Migrantes ofrecieron perspectivas basadas en su propia respuesta. El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) estuvo representado localmente por miembros del proyecto “Welcome” en Francia, e internacionalmente, y participó en talleres y mesas redondas. Marcela Villalobos, responsable del proyecto “Welcome” del área de París, estuvo acompañada por tres solicitantes de asilo de Libia, Guinea y Egipto que hablaron sobre sus experiencias.

El hermano Alois retó a los jóvenes a profundizar: “La confianza en Dios nos lleva a ir hacia los demás sin temor y de manera muy concreta, a ver la realidad de cerca en toda su complejidad y a discernir lo que sea conveniente. Por el contrario, dejarnos guiar por el miedo nos aísla, y nuestra visión de la realidad se vuelve abstracta y confusa. Tenemos que profundizar”.

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Fuente: http://es.jrs.net

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