Una lectura posible al régimen norcoreano a través de su lucha contra la conspiración universal de países capitalistas

El país mantiene sus políticas de aislamiento y desconfianza del mundo exterior en lo que respecta a las relaciones internacionales.

Debido a su estructura política, la cual se caracteriza por el liderazgo de la dinastía Kim, la República Popular Democrática de Corea, también conocida como Corea del Norte, ha captado la atención mundial durante un prolongado periodo. El joven líder Kim Jong-un ha generado recientemente controversia e interés en diferentes rincones del planeta. Uno de los temas más polémicos y enigmáticos en el ámbito político y social es el régimen de Corea del Norte. Esta nación ha sido objeto de especulación y debate durante muchas décadas debido a su estructura política autoritaria, su aislamiento con respecto al resto del mundo y sus flagrantes violaciones a los derechos humanos.

EL SURGIMIENTO DE LA COREA DEL NORTE COMUNISTA

En 1948, Corea del Norte proclamó su independencia como la República Popular Democrática de Corea, mientras que Corea del Sur se constituyó como la República de Corea. Durante los primeros años de su existencia, Corea del Norte implantó una política comunista y estableció estrechas relaciones con la Unión Soviética y China. La intervención de Corea del Norte en la Guerra de Corea resultó ser un hito trascendental en su historia. En 1950, Corea del Norte invadió el territorio de Corea del Sur, iniciando un conflicto prolongado por tres años que cobró millones de vidas y dejó una península profundamente dividida. La Guerra de Corea se caracterizó por su brutalidad y devastación, con atrocidades cometidas tanto por uno como por otro bando, además de una lucha intensiva por el poder y las ideologías en juego.

En el periodo posterior a la guerra, Corea del Norte experimentó un proceso de reconstrucción y consolidación de su régimen. Bajo el liderazgo indiscutible de Kim Il-sung, se implementaron políticas socialistas y una economía planificada. Durante su gobierno, se erigieron monumentos emblemáticos, como la Torre Juche, y se impulsó la ideología Juche.

Desde su establecimiento hasta su fallecimiento en 1994, Kim Il-sung gobernó Corea del Norte con mano firme. Durante su mandato, se desarrolló un culto de personalidad en torno a su figura, y su pensamiento se convirtió en la ideología predominante en el país. Bajo su liderazgo, Corea del Norte se aisló aún más del resto del mundo y adoptó políticas económicas centralizadas y autárquicas.

La muerte de Kim Il-sung y la sucesión de Kim Jong-il en 1994 marcaron un cambio en el liderazgo para Corea del Norte. Aunque Kim Jong-il mantuvo muchas de las políticas de su padre, también buscó modestas reformas económicas y una mayor apertura hacia la comunidad internacional. Sin embargo, estas iniciativas fueron limitadas y no lograron aliviar significativamente las dificultades económicas ni el aislamiento diplomático que enfrentaba Corea del Norte.

Tras el fallecimiento de Kim Jong-il en 2011, su hijo Kim Jong-un asumió el poder, convirtiéndose así en el líder más joven de Corea del Norte. Bajo el liderazgo de Kim Jong-un, este país ha continuado con sus políticas enfocadas en el desarrollo nuclear y ha llevado a cabo una serie de pruebas de misiles balísticos, lo cual ha generado tensiones en la comunidad internacional.

LA IDEOLOGÍA JUCHE

Aunque Corea del Norte ha desarrollado su propia ideología, llamada Juche, el país todavía exhibe algunas características estalinistas, lo que lo convierte en un régimen post-estalinista. Es un Estado socialista con algunas peculiaridades. En este sentido, es importante subrayar cuán profundamente nacionalista es esta ideología Juche, aunque en algunos otros aspectos está en línea con la creencia de Eric Hobsbawm, quien fue citado por Benedict Anderson en la introducción de su libro Comunidades imaginadas, y quien señaló que los Estados marxistas eventualmente se convirtieron en nacionalistas (Anderson, 1991: 19). Al adoptar las teorías estalinistas del socialismo en una sola nación, los “socialismos reales” iban en contra de las enseñanzas del marxismo clásico, que veía el nacionalismo como una ideología burguesa (Mellón, 2002: 49).

Aunque Corea del Norte ha desarrollado su propia ideología, llamada Juche, el país todavía exhibe algunas características estalinistas, lo que lo convierte en un régimen post-estalinista.

Para fortalecer su particular sistema político, la ideología Juche converge una economía autosustentable, un nacionalismo cultural y una política aislacionista, por un lado, y un evidente paternalismo ideológico, burocracia y voluntarismo extremo por el otro. A la luz de esto, la ideología Juche ha desatado una “religión verdadera” en la que los líderes norcoreanos, comenzando por el invencible Kim Il-Sung, son reverenciados y elevados al estatus de deidades. En realidad, todos y cada uno de los norcoreanos llevan un retrato del Líder Eterno y lo cuelgan en sus casas y apartamentos.

Como resultado, Kim Jong-un (el “Camarada Brillante”) mantiene el culto a la personalidad y se eleva a sí mismo al estatus de una verdadera deidad, comandando y dirigiendo todos los aspectos de la sociedad norcoreana.

CONSPIRACIÓN UNIVERSAL DEL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO

De acuerdo con el sistema político de Pyongyang, basado en la ideología Juche, se sostiene la teoría de que su vecino del sur, un país capitalista y aliado del imperialismo estadounidense, forma parte de una conspiración global liderada por los capitalistas. Esta teoría tiene sus fundamentos en planteamientos desarrollados durante la era estalinista en la URSS y busca justificar no solo los ensayos nucleares, sino también el régimen mismo.

Siguiendo los planteamientos de Luis Corvalán Márquez sobre la URSS (2003), consideramos que si bien esta conspiración no se menciona explícitamente, está claramente relacionada con las tesis del estalinismo, que se traduce en: a) exaltado nacionalismo como resultado de la construcción del socialismo en un solo país (articulado en Corea del Norte a través de la ideología Juche); b) mayor agudización de la lucha de clases a medida que se avanza hacia la construcción del socialismo, lo cual provoca resistencia por parte de las antiguas clases dominantes. Como consecuencia, el Estado socialista incrementa su represión hacia cualquier sospecha de “contrarrevolución”, especialmente si proviene del extranjero. Esto se manifiesta en campos de trabajo forzado para aquellos considerados sospechosos, encarcelamiento para quienes se rebelen contra el régimen y una desconfianza total hacia cualquier influencia capitalista occidental, principalmente proveniente del imperialismo norteamericano. Además, existe una percepción constante de amenaza debido a la presencia militar enemiga.

Todo esto convierte al régimen de Kim Jong-un en un “Estado policial”, donde los servicios de inteligencia juegan un papel crucial en la erradicación del enemigo capitalista.

EL PROGRAMA NUCLEAR Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES

El programa nuclear del régimen de Corea del Norte es un aspecto crucial. Ha habido tensiones y sanciones por parte de la comunidad internacional como resultado de las pruebas de armas nucleares. Según Corea del Norte, el desarrollo de armas nucleares es necesario para la autodefensa contra las amenazas del exterior.

El país mantiene sus políticas de aislamiento y desconfianza del mundo exterior en lo que respecta a las relaciones internacionales. Debido a su retórica y acciones belicosas, especialmente en relación con Corea del Sur y Estados Unidos, ha generado preocupación en otras naciones. A lo largo de los años se han realizado intentos de diálogo y negociación para calmar la situación en la región, pero no siempre han tenido éxito.

LA VIDA DE LOS CIUDADANOS

El gobierno de Corea del Norte tiene estrictas restricciones y regulaciones sobre la vida diaria de los ciudadanos. El Estado satisface la mayoría de las necesidades básicas, incluidas la alimentación, la vivienda y la atención médica, pero con frecuencia de manera precaria. Los problemas de desnutrición y la escasez de bienes esenciales son el resultado del racionamiento generalizado de alimentos y la grave recesión de la economía.

Además, los ciudadanos están sujetos a un estricto sistema de control y vigilancia, y su libertad de movimiento está restringida. La población tiene muy poco acceso a los medios e información externos, y los viajes al exterior están severamente restringidos. Se espera que la gente muestre una lealtad inquebrantable al líder supremo frente a la propaganda generalizada del régimen.

CONCLUSIONES

En conclusión, la historia de Corea del Norte es complicada y tumultuosa. El país ha experimentado una serie significativa de cambios políticos y sociales, comenzando con su fundación como Estado socialista y su posterior desarrollo hacia un régimen aislado y autoritario. El actual gobierno continúa siendo una fuente de considerable interés y preocupación en el escenario mundial. El aislamiento extremo, un programa nuclear en curso, los abusos de los derechos humanos y un gobierno altamente autoritario se han combinado para producir un entorno volátil que presenta serias dificultades para la comunidad internacional. Mientras las tensiones en la península de Corea continúen, es esencial mantener el diálogo y buscar soluciones pacíficas para garantizar la seguridad y el bienestar de la región y sus habitantes.

BIBLIOGRAFÍA
— Anderson, Benedict (1991). Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. Madrid: FCE.
— Antón Mellón, Joan (coord.) (2002). Las ideas políticas del siglo XXI. Madrid: Editorial Ariel, Madrid.
— Corvalán Márquez, Luis (2003). “La tesis sobre la conspiración universal del mal absoluto como recurso de la violencia extrema desde el Estado”. Revista Mapocho, N° 53, 2003. pp.233-254.


Imagen: Pexels.

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