Una crisis humanitaria sin precedentes. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alerta: los centros de salud y los servicios esenciales están colapsando. El hambre, las enfermedades y la violencia siguen cobrándose víctimas, especialmente entre los más pequeños.
«Muchos niños están reducidos a piel y huesos».
El testimonio de Sheldon Yett, representante de UNICEF, quien regresó recientemente de una misión en el estado de Al Jazeera y Khatum, es contundente: «Vi con mis propios ojos la desnutrición generalizada, los edificios destruidos, las comunidades desarraigadas y un sufrimiento inimaginable».
Durante su visita a Jebel Aulia, uno de los dos distritos con mayor riesgo de hambruna (37%), Yett encontró niños viviendo en condiciones extremas, en refugios improvisados, con acceso limitado a alimentos, agua potable y atención médica.
«El cólera se ha propagado rápidamente y los pocos centros de salud y de tratamiento nutricional que funcionan en la zona están saturados».
Sudán es ahora un país desgarrado por la guerra civil, con más de dos años de conflicto que han destruido infraestructuras, interrumpido servicios esenciales y obligado a millones de personas a huir.
Según UNICEF, la situación está empeorando rápidamente. «Los niños mueren de hambre, enfermedades y violencia», denunció Yett. «Se encuentran aislados de los mismos servicios que podrían salvarles la vida».
A pesar de las dificultades, UNICEF y sus aliados trabajan incansablemente.
«Nuestros equipos son extraordinarios», afirmó Yett. «Los he visto trabajar incansablemente, incluso en condiciones peligrosas e inciertas».
A pesar de las dificultades, UNICEF y sus aliados trabajan incansablemente.
Se han reactivado algunos servicios vitales: atención nutricional, agua potable, higiene y espacios seguros para los niños; pero los recursos son insuficientes.
«Las necesidades son enormes y estamos llegando al límite de nuestra capacidad», explicó el representante del fondo para la infancia, destacando cómo los recortes de financiación han obligado a muchos aliados a reducir sus actividades.
«No podemos hacer esto solos. Necesitamos acceso seguro y continuo a las zonas más afectadas, como Al Fasher, Dilling y Kadugli. Cada día que pasa pone en riesgo la vida de los niños».
El mensaje de UNICEF es claro: «No hablamos de un riesgo hipotético. Se trata de una catástrofe inminente. Contamos con las herramientas y la experiencia para salvar a estos niños, pero carecemos de la acción colectiva necesaria».
Para concluir su intervención, Sheldon Yett hizo un llamamiento directo a los líderes mundiales:
«El mundo no debe mirar hacia otro lado. Ahora no. Los niños de Sudán son resilientes, pero no pueden sobrevivir sin ayuda. No podemos permitir que paguen el precio más alto de esta guerra».
Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.