Uno de cada tres países carece de libertad religiosa

Sr. Director:

El 22 de junio fue publicado el Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo (2023) y sus resultados deben preocuparnos a todos. En ese documento, entregado por la fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), se lee que la persecución religiosa ha aumentado: en 47 de los países más peligrosos la situación ha empeorado. Esto abarca el período comprendido entre enero de 2021 y diciembre de 2022. En segundo lugar, ha habido una aceleración y concentración de las amenazas hacia los creyentes en todas las regiones del mundo. Asimismo, ha aumentado la impunidad: en treinta y seis países, rara vez o nunca se procesa a los agresores.

Se señala también que el derecho humano fundamental a la libertad de pensamiento, conciencia y religión se viola en uno de cada tres países (31%), es decir, en 61 de 196 naciones. En total, casi 4.900 millones de personas, es decir, el 62% de la población mundial, viven en países donde la libertad religiosa está fuertemente restringida.

El informe constata que la discriminación y la persecución son claramente perceptibles en 61 países, y que en 49 de ellos es el gobierno el que persigue o incluso asesina a sus propios ciudadanos por motivos religiosos sin apenas reacción de la comunidad internacional. Incluso las comunidades religiosas mayoritarias están ahora amenazadas.

El Informe llama también la atención sobre la preocupación por los crecientes límites a la libertad de pensamiento, conciencia y religión en los países que pertenecen a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). En los dos últimos años se ha pasado de un clima de «persecución educada» hacia quienes quieren vivir y expresar abiertamente su fe a otro de «cultura de la cancelación» y «discurso forzado», con una fuerte presión social para ajustarse a las tendencias ideológicas del momento.

Junto con hacer presente estos antecedentes, resulta valioso recordar que la presidenta ejecutiva de ACN, Regina Lynch, ha subrayado que el principal objetivo de este informe es «motivar a la gente para que se implique y ayude a quienes sufren persecución religiosa a través de la oración, compartiendo información, hablando en favor de las víctimas, implicando a los políticos y manteniéndose informada sobre la realidad sobre el terreno en diferentes partes del mundo».

Magdalena Lira Valdés

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