Bangladesh: una respuesta a la difícil situación de los rohinyás

Miles de personas esperan en condiciones terribles insumos alimentarios y no alimentarios, apoyo psicosocial, educación y atención médica.

El Director Adjunto Internacional del Servicio jesuita a Refugiados (JRS), el padre Joseph Xavier sj, está evaluando actualmente qué posibilidades hay de que el JRS apoye a los refugiados rohinyás en Bangladesh, donde más de 500 mil personas han huido de la violencia en el estado Rakáin, en Birmania, desde agosto de 2017.

Según el Grupo de Coordinación Intersectorial (ISCG, por sus siglas en inglés), 730.716 rohinyás están viviendo en la actualidad en Ukhia y Teknaf, dos distritos de Cox’s Bazar, en Bangladesh. Es probable que el número total de refugiados sea aún mayor que el reportado, ya que muchos rohinyás llegaron a Bangladesh antes del brote de violencia que sumió a su tierra este verano.

El gobierno, que controla las operaciones de socorro a través de las oficinas de ONG, se ha ofrecido a recibir a los que huyen de Birmania. Sin embargo, la alta afluencia de refugiados plantea desafíos complejos a sus operaciones de socorro, así como a las operaciones de las agencias de la ONU y de las ONG internacionales.

Entre los cientos de miles de rohinyás que huyeron de Birmania, hay muchos niños sin padres obligados a sobrevivir a los traumas que han presenciado con sus familiares o simplemente solos. Asimismo, hay padres que han perdido a sus hijos por la misma violencia que también destruyó sus aldeas, hogares y medios de subsistencia. El futuro de las nuevas generaciones está en riesgo, ya que las mujeres embarazadas no tienen acceso a instalaciones de salud materna.

Apenas hay unos pocos recursos para la población desplazada, y esto solo se espera que cambie cuando el gobierno apruebe las solicitudes de proyectos de ayuda humanitaria pendientes. Mientras tanto, miles de personas esperan en condiciones terribles insumos alimentarios y no alimentarios, apoyo psicosocial, educación y atención médica.

La falta de saneamientos adecuados y de agua hace que el brote de enfermedades transmisibles sea una de las grandes preocupaciones para quienes viven en los campamentos de refugiados oficiales o no oficiales, especialmente mientras sigan cayendo las lluvias monzónicas. Con el resentimiento in crescendo entre la comunidad anfitriona y la refugiada, el prolongado retraso de la ayuda podría provocar el caos y generar más violencia. Además, la malnutrición amenaza a niños y adultos que sobreviven con escasas raciones de arroz.

Durante las últimas semanas, el P. Xavier ha trabajado en estrecha colaboración con el resto del personal del JRS, incluido el P. Stan Fernandes sj, director regional del JRS Asia del Sur, los jesuitas y Caritas Bangladesh (CB), para explorar las posibilidades de que el JRS ponga en marcha una intervención de emergencia, y a largo plazo.

Por ahora, el JRS planea asociarse con Caritas Bangladesh para implementar el apoyo de emergencia en noviembre de 2017. Después de esta fase inicial de ayuda, el JRS investigará las oportunidades de participación a largo plazo.

Con el apoyo de la Iglesia de Bangladesh, Caritas Bangladesh y las comunidades jesuitas locales, especialmente las de Bangladesh y Calcuta, el JRS considera que la situación de los rohinyás es una prioridad organizativa. En todo su trabajo, el JRS promueve la dignidad de cada individuo; para los rohinyás en Birmania y en el estado Rakáin, se necesita ayuda urgente para preservar sus vidas y respetar su dignidad.

* Visite el informe completo del subdirector internacional del JRS para tener una visión más exhaustiva de la actual situación de los refugiados rohinyás en Bangladesh y la respuesta del JRS a la crisis.

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Fuente: http://es.jrs.net

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