Confirmada la condena al policía que asesinó hace 35 años en Brasil al jesuita Vicente Cañas

El español vivía con una comunidad indígena, a la que defendió frente a los latifundistas.

Un tribunal brasileño confirmó de forma definitiva la condena a 14 años de prisión contra el entonces comisario de Policía acusado de haber asesinado hace 35 años al misionero y jesuita español Vicente Cañas, muerto por su firme defensa de una reserva indígena en la Amazonía de Brasil.

La sentencia, dictada por el Tribunal Regional Federal de la Primera Región, confirmó la condena impuesta hace cinco años contra el excomisario Ronaldo Antonio Osmar por homicidio agravado, informó el lunes, 13 de marzo, el Ministerio Público Federal.

RECLUTÓ Y ORIENTÓ A LOS EJECUTORES

Cañas, al que los indígenas conocían como Kiwxí, fue violentamente asesinado en abril de 1987 en una cabaña en el territorio indígena Enawenê-Nawê, cerca del municipio de Juina, en el estado de Mato Grosso.

Según la Fiscalía, el tribunal dio por probado que el excomisario, “además de reclutar a los ejecutores del crimen, los orientó sobre cómo tenían que realizar la ejecución e hizo el pago por el servicio”.

Osmar, que llegó a participar en las investigaciones del asesinato, fue absuelto en 2006 por un jurado, pero el Ministerio Público presentó un recurso y consiguió que la Justicia ordenara un nuevo juicio.

En noviembre de 2017, el que era entonces el único acusado aún vivo del asesinato del misionero español, fue condenado a 14 años y 3 meses de prisión por un nuevo jurado en un tribunal de Cuiabá, la capital de Mato Grosso. Un nuevo recurso le permitió al excomisario permanecer otros cinco años en libertad mientras esperaba la decisión del Tribunal Regional Federal, contra la que ya no existe la posibilidad de apelar.

UN MISIONERO QUE VIVÍA COMO UN INDÍGENA

Cañas, nacido en 1939 en Alborea (Albacete, España), llegó como misionero a Brasil en enero de 1966, cinco años después de su ingreso a la Compañía de Jesús. Pasó por diferentes comunidades indígenas hasta establecerse en una aldea de los Enawenê-Nawê, en la que vivió como uno de ellos y a quienes se unió en la defensa de sus tierras ancestrales.

Su posición en defensa de la creación de una reserva para esta comunidad contrarió a grandes latifundistas interesados en aumentar sus tierras de cultivo. Según la investigación, Cañas fue asesinado a puñaladas tras ser violentamente agredido, le fracturaron el cráneo y le arrancaron los órganos genitales.

Según la investigación, Cañas fue asesinado a puñaladas tras ser violentamente agredido.

Tras la decisión judicial, los Enawenê-Nawê esperan la entrega del cráneo de Cañas, el único blanco bautizado como miembro de esa etnia, que está en poder de las autoridades como una prueba del proceso judicial, para poder sepultarlo y que su espíritu finalmente descanse, según sus creencias.

De los seis acusados del homicidio, dos murieron antes del juicio, otros dos vieron sus casos sobreseídos por tener más de 80 años y también murieron, y los únicos dos llevados al tribunal fueron absueltos en 2016 por supuesta falta de pruebas.

Además de Osmar, en la época fue absuelto el agricultor José Vicente da Silva, acusado de ser uno de los autores materiales y que murió antes de responder al nuevo juicio. (RD/EFE)


Fuente: www.religiondigital.org / Imagen: https://vocaciones.jesuitas.cl

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