El Evangelio que anunciamos las mujeres. “¿Contradicción? ¿División? ¿Buena Noticia?”

Que toda lucha por la verdad crezca, sea protegida y sea propagada en todos los espacios humanos de encuentro y búsqueda compartida.

Domingo 18 de agosto
He venido a prender fuego a la tierra
Lucas 12, 49-53

Pocos son los que tienen mucho y muchos son los que no tienen ni un lugar, ni lo básico para vivir. Hambre, soledad, humillaciones, descontento, abuso, promesas sin cumplir, paros, muertes inocentes, poder, burlas, gritos, encubrimiento, impotencia, dolor, rabia, desazón.

El Evangelio de este domingo es una invitación fuerte, clara y convincente para decir: ¡Basta ya! ¡Es la hora! O en palabras de Jesús: “He venido a prender fuego a la tierra y cuánto deseo que esté ardiendo…”. En él se nos invita a vivir nuestro compromiso por el Reinado de Dios en clave de solidaridad, así como Jesús lo hizo en su tiempo. Solidaridad con todo lo humano y el medio en el que se habita y sufre vejamen; solidaridad con quienes viven en el anonimato por temor, excluíd@s y silenciad@s por tanto tiempo. Solidaridad basada en la verdad que libera y sana, aunque esta duela, aunque en apariencia genere división y enemistad. “Desde ahora estarán divididos cinco en una casa…”. Cabe preguntarse ¿qué movió a Jesús a decir estas palabras que a primera instancia suenan fuertes y duras? ¿Podríamos relacionar este texto con “he venido para que tengan vida y vida en abundancia”? Creo que sí, porque no existe verdadera vida sin verdad, sin enfrentar en el seno de nuestras familias, comunidades, sociedad y en nuestra Iglesia, aquello que destruye lo más profundo del ser humano, su capacidad de confiar, su fe en los demás, su apertura a Dios como Madre–Padre.

Bienvenidos sean la “división” de Jesús y ese “fuego” que purifica, que sana las heridas, que quema las mentiras, que trae consigo la fuerza del Espíritu divino. Bienvenidos sean los aires de sana y justa igualdad, “mujer y hombre los creó”, de respeto hacia la diversidad, a lo diferente, a lo nuevo; de libertad y corrección fraterna sin ocultamiento de la verdad. “¿Piensan que he venido a traer la paz a la tierra? No. Sino división”. Jesús se muestra firme, decidido, valiente ante sus discípulos con quienes comparte su misión; quiere que quienes le sigan rompan sus esquemas mentales, conecten de forma distinta su capacidad de amar, solidaricen con los empobrecidos de esta tierra, devolviéndoles la dignidad pisoteada; mujeres y hombres creyentes que sonrían, recobren la valentía y la pasión por la verdad, por lo que es justo y noble.

Reflexionar este Evangelio desde una mirada contemplativa y nueva, nos hace validar hoy todo lo que hasta ahora hemos conseguido hacer, como movimiento, como Iglesia, como sociedad, para visibilizar una nueva primavera en nuestras comunidades creyentes y en la sociedad.

Que Jesús, el Señor de la vida, el Resucitado de la muerte, prenda el fuego del Espíritu en cada persona, en cada ambiente para que toda lucha por la verdad crezca, sea protegida y sea propagada en todos los espacios humanos de encuentro y búsqueda compartida.

Definitivamente, el Evangelio de hoy es, como siempre, Buena Noticia.

* Queridas hermanas, queridos hermanos, les enviamos una nueva homilía del Evangelio que anunciamos las mujeres. Nos alegramos y agradecemos los ojos y la voz nueva de mujeres que se atreven a decir y orar el Evangelio para nuestras comunidades. Estas van enriqueciendo nuestra capacidad de comprender y ampliar el mensaje de Jesús. Pueden encontrar todos los comentarios anteriores en Facebook: Mujeres Iglesia Chile, en la página de la Revista Mensaje: https://www.mensaje.cl/category/noticias/iglesia/ y en la página: https://www.kairosnews.cl

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Fuente: https://www.facebook.com/MujeresIglesiaChile/

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