India: los sueños se convierten en realidad

Relato de una de las estudiantes del Servicio Jesuita a Refugiados de la provincia de Bamiyán seleccionadas para realizar estudios de pregrado en la India.

Cuando era niña, mis padres me lo repetían una y otra vez: “Una niña depende de su padre. Cuando se casa, depende de su marido. Y cuando es anciana, depende de su hijo. No queremos que seas esa mujer. Queremos que seas una chica independiente; y para conseguirlo, debes estudiar y valerte por ti misma”.

En ese momento, no entendía mucho qué significaba; sin embargo, cuando fui creciendo, me di cuenta de la importancia de ser independiente y tener educación. Para cumplir mi sueño, debía continuar mi formación en el extranjero, donde pudiera contrastar mis ideas con las de personas de otras culturas y religiones. La mejor opción era la India, porque es un país que da valor a la diversidad.

Siempre me gustó la India y solía ver, entusiasmada, películas indias. Esperaba poder tener algún día la oportunidad de estudiar allí. Hasta que, por fin, en 2016, mi sueño se hizo realidad. Fui una de las estudiantes del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) de la provincia de Bamiyán seleccionadas para realizar estudios de pregrado en la India. Lo había soñado, pero jamás creí que aterrizaría en un estado tan hermoso como Goa. Siempre le agradeceré al JRS haber hecho realidad mi sueño.

Dejar el propio país puede resultar muy difícil para cualquiera, y lo fue para mí. Cuando salí de Afganistán, estaba preocupada: me preguntaba cómo iba a adaptarme a la cultura india, a su comida, su clima y su sistema educativo. Vengo de la provincia de Bamiyán, en las montañas centrales de Afganistán, donde nieva en invierno. Durante todo el año, el clima es fresco y agradable. Cuando llegué a Goa, me llamó la atención su belleza. Todo era verde, porque ya comenzaba el monzón; y el clima era muy agradable, a diferencia de Delhi.

En mi primer día en la universidad, me sentía muy inquieta al entrar en clase. Con el tiempo, llegué a conocer a mis compañeras de clase y profesores que siempre han sido muy serviciales y cariñosos conmigo, una experiencia realmente enriquecedora. He mejorado en todos los campos, no solo académicos; tuve la oportunidad de interactuar con estudiantes de diferentes nacionalidades y aprendí muchas cosas buenas. Estoy en deuda con el JRS, con el director y los profesores de la universidad, por su apoyo y acompañamiento.

Estoy orgullosa de ser una estudiante del JRS.

— Farzana, estudiante del Rosary College.

* La oportunidad para Farzana de estudiar en el Rosary College de Goa, India, ha sido posible gracias a un programa de desarrollo de capacidades en el que el personal potencial y en ejercicio recibe apoyo para continuar su educación con el generoso apoyo de los colegios y universidades jesuitas en la India. Al terminar sus estudios, regresan a Afganistán y utilizan sus nuevos conocimientos y habilidades para continuar sirviendo a sus comunidades.

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Fuente: http://es.jrs.net

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