Jordania: Por eso estoy aquí

Si ya es difícil conseguir alimentos, comprarlos es aún más complicado, ya que Faheem, como muchos de los refugiados sudaneses que viven en Jordania, no puede obtener un permiso de trabajo.

Ahmad, un miembro del Equipo de Visitas Domiciliarias del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) de Jordania, golpea varias veces la ornamentada puerta de metal.

Arrastrando los pies, Faheem* llega, abre la puerta e invita a Ahmad a entrar. El apartamento es más grande que la mayoría, no es el hogar típico de un solicitante de asilo urbano que vive en Ammán, Jordania, donde los alquileres son exorbitantes y la disponibilidad de la vivienda, limitada.

El JRS Jordania entiende las dificultades del desplazamiento urbano, y estas visitas son una oportunidad para hacer un seguimiento de las familias particularmente vulnerables.

Ya en el interior, Ahmad, refugiado sudanés, realiza su visita y le pregunta a Faheem cómo están su esposa y sus hijos, si sus condiciones de vida mejoraron y si aún le duele la espalda. Hablan como viejos amigos, cada uno consciente del sufrimiento del otro.

“Aquí —responde— … apenas sobreviviendo”.

Si ya es difícil conseguir alimentos, comprarlos es aún más complicado, ya que Faheem, como muchos de los refugiados sudaneses que viven en Jordania, no puede obtener un permiso de trabajo.

La ayuda en efectivo por una única vez que el JRS le proporcionó, llegó justo a tiempo, y por eso, está agradecido: “Para ser honesto, el JRS es la única organización que trabaja con refugiados sudaneses aquí en Jordania”.

Él dice que su familia no podía quedarse en Sudán, se volvió demasiado inseguro, especialmente por su activismo por los derechos humanos. Como no era un lugar donde dejar que sus hijos crecieran, vinieron aquí.

Activista de los derechos humanos de toda la vida, ahora también es un padre que se queda en casa. Su esposa está embarazada de 9 meses.

Pasan los días esperando la oportunidad de trabajar, tal vez de ir a otro lugar, y, sin duda, esperando la llegada de su nueva hija.

Sus dos primeros hijos, dice con ojos pacíficos, pasan sus días en la escuela. “Tengo que buscar un futuro mejor para mis hijos… por eso estoy aquí”.

* Los nombres y detalles identificativos se han cambiado para proteger la privacidad de las personas.

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Fuente: http://es.jrs.net

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