La nueva geopolítica

Las rivalidades características de la geopolítica están de regreso, que pasó el momento excepcional unilateral de los Estados Unidos y comenzó uno nuevo y diferente, caracterizado por la competencia global entre las tres grandes potencias mundiales.

Según Francis Fukuyama, la historia terminó en 1989 con la caída del Muro de Berlín, cuando concluyó la Guerra Fría, dando lugar a un periodo en el que los Estados Unidos tuvieron su momento unipolar. Este autor se basó en la tesis que proclamaba que la democracia liberal occidental había triunfado sobre el comunismo y el fascismo, y constituía la forma final de gobierno, suponiendo que había desaparecido la posibilidad de conflictos entre las grandes potencias, pues el Pacto de Varsovia había concluido, la URSS se había convertido en la Federación Rusa, y ni ella ni China estaban en condiciones de competir con el liderazgo norteamericano.

Pero el fracaso de los Estados Unidos en Irak y Afganistán, y otros acontecimientos como la modernización y expansión de las fuerzas armadas chinas y sus acciones en Asia y en el Pacífico, la anexión de Crimea por la Federación Rusa, la participación de sus fuerzas irregulares en Ucrania y su intervención en Siria, demuestran que pasó el momento excepcional de los Estados Unidos y comenzó uno nuevo y diferente, caracterizado por su competencia global con Rusia y China.

Las rivalidades características de la geopolítica están de regreso, debido a la vigencia de la política de poder en la interacción de los actores internacionales. Temas como fronteras, bases militares, autodeterminación y esferas de influencia, vuelven a tener prioridad sobre el orden mundial y la gobernanza internacional. Rusia y China no aceptan el acuerdo geopolítico existente y siguen distintos cursos de acción para modificar su dinámica.

El 13 de febrero de 2018, el director de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos, Daniel R. Coats, presentó al Senado su evaluación de las amenazas mundiales. El contenido demuestra gran precariedad y peligro. Algunos de sus conceptos son:

1. El antagonismo entre los países va a aumentar, debido a que las principales potencias y otros agresores peligrosos explotan las tendencias globales actuales, mientras se ajustan a las nuevas prioridades de la política norteamericana. El riesgo de conflictos entre Estados, incluyendo a las grandes potencias, es el más grave desde el fin de la Guerra Fría. Las amenazas más inmediatas provienen de Corea del Norte y de los “proxies” utilizados por los iraníes o por los sauditas en la región. Al mismo tiempo, va a continuar creciendo la amenaza de las armas de destrucción masiva.

2. Los adversarios de los Estados Unidos y otros actores internacionales utilizarán todos los instrumentos de su poder nacional —incluyendo medios cibernéticos e informativos—, condicionando a las sociedades y a los mercados, a las normas, a las instituciones y a otros centros internacionales.

3. Tanto China como Rusia buscan esferas de influencia y tratarán de condicionar a los Estados Unidos en sus regiones. Al mismo tiempo, los aliados y socios de los Estados Unidos pueden dudar de su voluntad y capacidad para mantener sus compromisos internacionales, y pueden reorientar políticas, particularmente en lo que se refiere al comercio.

4. Las fuerzas que favorecen el orden geopolítico y la estabilidad proseguirán debilitándose, como también las normas que basan el orden internacional. Nuevas alianzas y lazos informales —fuera de los bloques tradicionales del poder y de los gobiernos nacionales— afectarán progresivamente la cooperación internacional.

5. Se van a incrementar las tensiones entre los países y evolucionará la amenaza de los grupos sunnitas (fundamentalmente el Estado Islámico y Al-Qaeda), que se reagruparán después de las pérdidas que han experimentado en Medio Oriente.

6. Este Informe también subraya la interferencia de Moscú en la política interna norteamericana, a través de acciones directas sobre el sistema electoral o por medio de identidades ficticias en las redes sociales, evaluando que podrían repetirse en las elecciones de medio término este año.

A esta descripción tan preocupante, se agrega que los Estados Unidos, que siguen siendo el país más poderoso por su capacidad económica y militar, están condicionados por la imprevisibilidad del presidente Trump. En su campaña, declaró que su objetivo central sería “Estados Unidos Primero”, y reduciría su actuación en la escena global. Sin embargo, durante el primer año de su gobierno no abandonó el activismo ni redujo sus acciones internacionales. En síntesis, conservó la búsqueda de la hegemonía, mientras está aumentando su presupuesto de Defensa, incluyendo el arsenal nuclear (serían 716.000 millones de dólares en 2019).

Sin embargo, en la medida de que el presidente Trump no actúa basándose en valores, cuando sus mensajes son inconsistentes o contradictorios, o en los casos en que lesiona las instituciones democráticas, estas acciones negativas se suman a los cambios geopolíticos y la proliferación de nuevas tecnologías, que ya están afectando el papel de los Estados Unidos en el mundo, lo cual podría dar lugar a un nuevo sistema global con grandes limitaciones o, alternativamente, a una situación de mayor confrontación internacional.

Durante su primer año de gobierno no hubo una política exterior coherente. Sin embargo, el grupo integrado por el secretario de Estado, Rex Tillerson; el de Defensa, Jim Mattis; el del Consejo Nacional de Seguridad, H.R. Mc Master; y el jefe de Gabinete, John Kelly (tres de ellos militares con larga experiencia), se transformaron en un contrapeso a sus iniciativas con relación a la Federación Rusa, China, OTAN, y en otros temas significativos, como Corea del Norte y el Acuerdo Nuclear con Irán. Ellos trataron de contenerlo para que sus decisiones fueran razonables y equilibradas.

Pero recientemente Trump demostró interés en convocar a otras personas más afines con su pensamiento. En el Consejo Nacional de Seguridad, nombró a John Bolton, un nacionalista extremo cuyo historial es preocupante, pues fue uno de los arquitectos de la guerra contra Irak de 2003, mientras sus actitudes en las negociaciones con Corea del Norte e Irán fueron cuestionables. Sin duda, va a estar a favor de que el 14 de mayo se reimpongan sanciones a Teherán. Con Bolton aconsejando al titular de la Casa Blanca, las posibilidades de la diplomacia se alejan y la situación en Medio Oriente va a agravarse. A su vez, el director de la CIA, Mike Pompeo, fue propuesto como Secretario de Estado. Está lejos de ser un moderado y también ha dicho que el Acuerdo Nuclear con Irán es un desastre.

La figura relevante que queda en el Gabinete es el secretario de Defensa, Jim Mattis, a quien Trump consulta regularmente. Por ejemplo, el 3 de abril afirmó que había instruido al Estado Mayor a retirar las tropas norteamericanas lo antes posible de Siria, pero ante la insistencia del Pentágono, aceptó que permanecieran unos meses más. Luego, ante el presunto ataque con armas químicas que tuvo lugar el 7 de abril contra la población civil siria en Douma, cerca de Damasco, anunció una respuesta militar multinacional contra las fuerzas de Al-Assad.

Por su parte, los Estados Unidos y China enfrentan la posibilidad de una guerra comercial, mientras que con Rusia la situación es contradictoria. Antes de su elección, Trump expresó interés en mejorar las relaciones con Moscú, elogió reiteradamente a Putin e indicó que el vínculo bilateral podría estar muy cerca de un cambio sustancial. Pero debido a que las agencias de inteligencia determinaron que la Federación Rusa se inmiscuyó en la campaña presidencial, se creó un clima desfavorable a un acercamiento. No obstante el interés del presidente Trump, los problemas concretos los han hecho regresar a actitudes de enfrentamiento. Por ejemplo, en la primera semana de abril Washington impuso nuevas sanciones a siete oligarcas rusos relacionados con Putin y a 17 funcionarios del Kremlin.

En síntesis, el presidente Mauricio Macri debe tener en cuenta en el G20, que se celebrará en noviembre en Buenos Aires, que las rivalidades características de la geopolítica están de regreso. Pasó el momento excepcional unilateral de los Estados Unidos y comenzó uno nuevo y diferente, caracterizado por la competencia global entre las tres grandes potencias mundiales.

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Fuente: www.revistacriterio.com.ar

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