Niños víctimas del conflicto en Afganistán

Tras la explosión de una bomba en la calle, Save the Children informa acerca de los niños que son víctimas inocentes del conflicto que tiene más de dieciocho años.

Más de dieciocho años de guerra han convertido a Afganistán en uno de los peores países del mundo para los niños. La Organización Internacional Save the Children, que lleva más de cien años luchando para salvar a los niños en peligro y asegurar su futuro, expresa ahora su enérgica condena del ataque en esta nación, en la que una docena de civiles, entre ellos mujeres y niños, perdieron la vida el martes.

NIÑOS VÍCTIMAS INOCENTES DE LOS CONFLICTOS

“Condenamos con vehemencia la explosión en la carretera de Daikundi que, según se informa, causó la muerte de cinco niños y siete mujeres que viajaban en un autobús ayer. Una vez más, los niños son víctimas inocentes de un conflicto que los rodea, un conflicto del que no forman parte, afirmó Chris Nyamandi, director nacional de Save the Children en Afganistán:

“Nunca debemos aceptar el término ‘daños colaterales’ cuando se trata de los niños: es simplemente inaceptable que ellos hayan representado un tercio de todas las víctimas civiles de este año”.

La abrumadora mayoría de los civiles muertos en Afganistán han perdido la vida a causa de balas accidentales o explosivos de fabricación casera en los centros de población, y los niños representan el 31% de todas las víctimas civiles.

NUEVE DE CADA DIEZ VÍCTIMAS SON NIÑAS

Además, en las zonas afectadas por el conflicto, en todos los casos verificados de violencia sexual contra niños, nueve de cada diez víctimas son niñas. Por otra parte, los niños tienen muchas más probabilidades de estar expuestos a asesinatos y mutilaciones, secuestros y reclutamiento en grupos armados.

PROTEGER A LOS CIVILES EN ESTA GUERRA BRUTAL

“Pedimos a todas las partes en conflicto que hagan todo lo posible para proteger a los civiles en esta brutal guerra”, concluye Chris Nyamandi:

“Hemos visto una y otra vez cómo las armas explosivas usadas en áreas densamente pobladas o en los bordes de las carreteras pueden matar indiscriminadamente cualquier ser vivo en su camino. Y son los niños los que llevan la peor parte de esto: no solo los matan o mutilan, sino que también pierden a sus madres y padres. Un futuro pacífico y productivo para Afganistán depende de la protección y la educación de sus niños”.

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Fuente: www.vaticannews.va

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