No es por los likes

El riesgo de las redes es convertirnos en masa. En seguir la corriente, en no expresar la propia opinión por aquello del qué dirán, del no sobresalir.

Si te preguntan por qué te abriste un perfil en redes sociales, probablemente tu respuesta tenga algo que ver con mantener contactos, conocer lo que hace la gente que quieres, cotillear a ratos, entretenerte, escapar un poco del mundo que te rodea y asomarte a otros… Pero muy difícilmente dirás que lo hiciste por los likes, por ganar reconocimiento de desconocidos y amigos o sentir que otros te tienen en cuenta.

Sin embargo, es más que probable que cuando abres tus redes lo primero en lo que te fijes sea en la pestaña de notificaciones, interacciones… para estar al tanto de quién te ha dado me gusta, ha hecho un comentario a una publicación tuya o te ha empezado a seguir. Las redes sociales tienen sentido por eso, porque no son unidireccionales, no te limitas solo a publicar tu contenido, sino que además recibes una respuesta a eso de tus conocidos, o al menos de los que forman parte de tu red.

La trampa ya te la sabes. Si recibes más respuestas a tu publicación, más likes, más retuits, más seguidores nuevos, entonces progresas. Como si de un juego se tratara. Y conforme más tienes, más lejos llegas, es señal de que publicas mejor contenido y te refuerza en tu perfil… Esta es la trampa. Que no se trata de que tu contenido sea mejor o más interesante, sino de que tengas más seguidores, más comentarios, más likes. Con eso basta para que tu perfil sea considerado interesante.

Ahora imagina que esos números no fueran públicos, como pretende implementar Instagram. Imagina que no sabes cuántos seguidores tienen otros perfiles, cuántos likes recibe una foto… ¿cómo valorar si es un buen contenido o no? Toca pensar por uno mismo, toca juzgar el contenido y no dejarse llevar por la corriente.

El riesgo de las redes es convertirnos en masa. En seguir la corriente, en no expresar la propia opinión por aquello del qué dirán, del no sobresalir. Nos convertimos en números masa, en un contador de seguidores que sube acríticamente, sin que el contenido realmente importe. Solo porque lo publica una persona con unas cifras superiores. Medidas como las que se propone implementar Instagram nos ayudarán a dejar de lado el número y la jerarquía que conlleva —más tienes, más eres— para centrarnos más en el contenido, en la interacción, en lo social.

Para ser más red que conecta y menos red que atrapa y enreda en los números, las clasificaciones fáciles, los likes sin pensar.

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Fuente: https://pastoralsj.org

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