El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile pidió a todos quienes tienen alguna responsabilidad y participación en esta delicada situación implementar mecanismos y soluciones adecuadas que resguarden la vida de estas personas, buscando siempre la verdad y la justicia a través de un debido proceso judicial.
El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile hizo un llamado este jueves 28 de septiembre a los comuneros mapuche que se encuentran en huelga de hambre a deponer su actitud.
Al mismo tiempo, los obispos pidieron “a todos quienes tienen alguna responsabilidad y participación en esta delicada situación, implementar los mecanismos y soluciones adecuadas que permitan resguardar la vida de estas personas, buscando siempre conseguir la verdad y la justicia a través de un debido proceso judicial”.
De este modo el organismo episcopal chileno se refirió al ayuno que por más de cien días realizan cuatro comuneros mapuche que se encuentran en prisión preventiva en calidad de imputados por su presunta participación en un violento atentado incendiario a una capilla evangélica, en momentos que se estaba efectuando un acto religioso.
Los obispos afirman que “la huelga de hambre hasta poner en riesgo la propia vida constituye una presión indebida sobre los órganos del Estado llamados a ejercer la justicia en el país”. Agregan que, “sin embargo, la salud física de los huelguistas ha tenido un grave deterioro, producto de los días sin ingerir alimentos, de manera que actualmente puede correr peligro la vida de alguno de ellos”.
“Nos preocupa enormemente no solo el progresivo y grave deterioro de su salud sino también la angustia de sus familias y de las comunidades a las que pertenecen, así como la violencia que se continúa generando en la Araucanía”, añade la nota.
Concluyen manifestando los pastores que “el don de la vida es el más preciado de todos en los seres humanos. Es el derecho fundamental que siempre y bajo toda circunstancia se ha de cautelar y proteger”.
— Texto completo de la Declaración.
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Fuente: www.iglesia.cl