Obispos mexicanos ante el caos social: «¡La paz esté con ustedes!»

Violencia, asesinatos, discriminación, video escándalos, injusticias…

La Iglesia católica mexicana señaló el domingo que el desorden social reina en el país, con la creciente violencia y la muerte como principales transgresiones, en un laberinto que pareciera no tener fin.

Además, dijo que esta Semana Santa “ha tenido que celebrarse en medio de una gran contradicción”. Por un lado, millones de creyentes que, pese a la pandemia de Covid-19, renovaron su fidelidad a Cristo, mientras que otros continúan sirviendo a la violencia y a la muerte.

“Basta ver las noticias de esta semana para percatarnos del desorden social que ha reinado en el país”, publicó en su editorial del semanario Desde la Fe.

Acusó que en estos días santos han prevalecido la “violencia, asesinatos, discriminación, video escándalos, injusticias, impunidad, corrupción, xenofobia, actos violentos para exigir falsos derechos, descalificaciones entre instituciones”.

La semana pasada, el feminicidio de Victoria Esperanza Salazar, la salvadoreña asesinada por policías mexicanos, ocurrido el 28 de marzo en el municipio de Tulum, Quintana Roo, causó conmoción e indignación internacional debido a que en el caso se pudo atestiguar la misoginia, xenofobia y racismo de las autoridades mexicanas.

Además, el jueves pasado autoridades del estado de Michoacán informaron de un choque armado entre dos cárteles de la droga en una zona rural de la entidad que dejó un saldo de ocho presuntos sicarios muertos y decapitados.

México cerró en 2020 con 34.515 víctimas de homicidio doloso, una cifra apenas inferior a los 34.648 casos de 2019, considerado el año más violento en la historia contemporánea del país.

En el texto, la Arquidiócesis de México consideró que todas esas conductas son como “un laberinto que pareciera no tener fin”, y ante ello utilizó las palabras: “¡La paz esté con ustedes!”, pronunciadas por Jesús Resucitado, y consideró que el dolor y la muerte jamás tendrán la última palabra.

La gran fiesta de todos los cristianos es la Resurrección de Cristo. Más allá de la cruz y de la muerte, está la respuesta de Dios a la realidad humana: la vida plena y glorificada que se ha manifestado en Cristo resucitado.

Tras la muerte de Jesús, muchos pensaron que el odio había logrado acabar con aquel que es la Vida y el Amor; otros más creyeron que la injusticia humana había sepultado para siempre la esperanza que Jesucristo ha traído para todos, y unos más, los escépticos y pesimistas, creyeron que el mal había triunfado definitivamente sobre el bien; sin embargo, en medio del silencio y de la oscuridad de la noche, surgió la luz de la vida y la resurrección. Este es el gozo de la vida cristiana que sigue brillando para toda la humanidad, como el sol que ilumina a todos.

Esta última Semana Santa, como muchas a lo largo de la historia, ha tenido que celebrarse en medio de una gran contradicción, especialmente en nuestra patria: por un lado, millones de creyentes que, pese a la situación de pandemia por Covid-19, han decidido renovar su fidelidad al camino de Cristo, que implica el reconocimiento de la vida como un don de Dios y la aceptación de la misma como una bendición; mientras que otros, lejos del espíritu cristiano, continúan sirviendo a la violencia y a la muerte.

¡LA PAZ ESTÉ CON USTEDES!

En medio del caos social, la Iglesia católica les recuerda que solo el Evangelio tiene esa fuerza transformadora capaz de cambiar nuestra realidad.

Basta ver las noticias de esta semana para percatarnos del desorden social que ha reinado en el país en estos días santos: violencia, asesinatos, discriminación, video escándalos, injusticias, impunidad, corrupción, xenofobia, actos violentos para exigir falsos derechos, descalificaciones entre instituciones.

Y en medio de este laberinto, que pareciera no tener fin, la Iglesia católica les saluda: ‘¡La paz esté con ustedes!’, con las mismas palabras de Jesús Resucitado, y les recuerda que el dolor y la muerte jamás tendrán la última palabra, y que solo el Evangelio tiene una fuerza transformadora capaz de cambiar radicalmente nuestra realidad.

Celebrar la Resurrección de Cristo, como lo hacemos ahora, es mirar más allá de la oscuridad de la cruz, que nos muestra cómo la injusticia humana, en todas sus versiones, ha tratado de acabar con la vida en todas sus formas.

El creyente mira con esperanza la respuesta de Dios y busca comprometerse desde ahora con la vida en todas sus formas, rechazando la muerte en todas sus versiones. Jesucristo ha resucitado, mostrando de una vez para siempre que la vida es más fuerte que la muerte”. (RD/EFE)

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Fuente: www.religiondigital.org

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