Organizaciones eclesiales de América Latina y el Caribe suscriben manifiesto por “una transición energética justa” rumbo a la COP 28 de Dubai

Las acciones a largo plazo implican una transformación profunda que incluye nuevas narrativas sociales, políticas y tecnológicas.

Comienza la cuenta regresiva para el cierre del “Tiempo de la creación”, convocado por el Papa Francisco bajo el lema “Que la justicia y la paz fluyan”. Varias organizaciones eclesiales de ecología integral de América Latina y el Caribe han suscrito un manifiesto sobre la aceleración de la transición energética justa como parte de las acciones del Simposio internacional, realizado el pasado 7 de septiembre, y rumbo a la COP 28 en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.

“Hemos reflexionado a la luz del Evangelio, la Doctrina Social de la Iglesia y el conocimiento científico, acerca de la valoración de la aceleración de la transición energética justa en clave de ecología integral para nuestro continente, en preparación para la próxima cumbre climática COP 28”, han dicho.

Para las organizaciones eclesiales, abanderadas por el Movimiento Laudato Si’, “la transición energética justa tiene que ver con saber sintonizar el latir del corazón humano, bajo el ritmo de consumo voraz, frenético, depredador y destructivo —que una fracción de nuestras sociedades ha llevado a cabo— con aquel ritmo armonioso y hondo del latir del corazón de la creación, que trae sobriedad y sosiego a quienes saben el ‘Buen Vivir’”.

El cambio climático y la pérdida de biodiversidad “son las dos principales amenazas para la sostenibilidad de la vida en la Tierra”, por tanto, “son los pueblos más pobres los que sufren sus efectos y tales amenazas han sido reconocidas por todos los países desde hace más de 30 años en las Naciones Unidas y reflexionadas desde la fe en la Doctrina Social de la Iglesia”.

El cambio climático y la pérdida de biodiversidad “son las dos principales amenazas para la sostenibilidad de la vida en la Tierra”, por tanto, “son los pueblos más pobres los que sufren sus efectos…”.

Entre las organizaciones que han suscrito el documento, se encuentran: Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos (CLAR), Cáritas Latinoamérica, Movimiento Laudato Si’, Red Eclesia Panamazónica (REPAM), Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM), Red Eclesial del Gran Chaco y Acuífero Guaraní (REGCHAG), Red Latinidad, Servicio internacional cristiano de solidaridad con los pueblos de América Latina Oscar Romero (SICSAL), Red de Iglesias y Minería.

PROFETISMO Y ACCIÓN

Incidencia profética es la propuesta por la que “nos sentimos interpelados a una formación para la acción, de manera que podamos hacer que esta Tierra, don de la Providencia divina, sea ese signo creíble de los ‘cielos nuevos’ y la ‘tierra nueva’ que esperamos”.

Por ende, esta fe en la nueva creación, en una tierra nueva, “puede sostenerse mediante la conversión ecológica integral, personal y comunitaria, de los estilos de vida y el modelo económico, estilos más de vida más simples y sobrios, y hacia modelos económicos cíclicos y respetuosos con los ritmos de la naturaleza”.

Para que sea integral, “debe ir a las raíces del paradigma tecnocrático (LS 106-114). El Papa Francisco nos ha dado ejemplos en varias oportunidades de la denuncia profética ante falsas soluciones, que idolatran el capital y que aparentan un cambio, sin cambiar la lógica mercantilista subyacente, como son el mercado de carbono y su especulación financiera”.

Elogiaron al pueblo ecuatoriano, que en la pasada elección de agosto dijeron no al extractivismo en dos de sus grandes reservas naturales: el Yasuní y el Chocó andino. Han dado un ejemplo “al exigir que el petróleo crudo quede bajo la tierra, diciendo sí al Yasuní, un rotundo sí a la vida, y no a la explotación, pese al contexto de inseguridad, violencia y desigualdad”.

POR LA JUSTICIA ENERGÉTICA

En cuanto a la transición energética consideran que nace de una diversidad de miradas por “las tensiones entre lo urgente y lo profundo. La urgencia de la crisis climática nos hace correr el riesgo de repetir los errores históricos de colonialismo, explotación, y desigualdades: el cambio no es solo tecnológico”.

Entonces ¿cómo conjugar ambos problemas? Primero sugieren “reconocer los territorios tradicionales, las diferentes cosmovivencias y cosmovisiones que han coexistido armoniosamente con la hermana nuestra Madre Tierra durante siglos”.

En ese sentido, la justicia energética “se logra cuando las fuentes de energía se distribuyen de forma justa, en procesos democráticos territoriales, involucrando a las personas afectadas bajo el principio de la restauración de las comunidades históricamente afectadas por el entramado sociotécnico que es la energía”.

Estos procesos involucran “formas distintas de ejercer el poder y su abuso. Las acciones a largo plazo implican una transformación profunda que incluye nuevas narrativas sociales, políticas y tecnológicas”.

GESTOS CONCRETOS

Las organizaciones eclesiales piden a los países ricos condonar “las deudas públicas ilegítimas e impagables”. Estas deudas públicas inciden “en la consolidación de modelos económicos especulativos y extractivistas”, por cuanto se convierten en “impedimento para la acción necesaria por el cuidado de la casa común y lograr una transición energética justa”.

Además estas deudas externas “violan la soberanía y los derechos de los pueblos y la naturaleza”. Solo de esta forma se podrán dar “pasos ineludibles para la justicia climática, recuperar la soberanía financiera, desmantelar el poder y la impunidad corporativa, construir una nueva arquitectura de cooperación mundial y desmercantilizar las pseudo-soluciones propuestas”.

Por eso, “abogamos por la desinversión en combustibles fósiles y minería, como pasos concretos hacia una transición energética justa que abandone la era de los combustibles fósiles”.

“Una vez más afirmamos que no podemos seguir con una economía de maximización de la codicia a expensas de la hermana nuestra madre Tierra y de los pobres. Necesitamos desarrollar nuevos estilos de vida, nuevas formas de producción y consumo, en definitiva, una nueva relación armónica de los seres humanos entre sí y con la naturaleza de manera que las energías renovables sean realmente oportunidad para desarrollo integral de todo ser humano”, finalizaron.


Fuente: https://adn.celam.org / Imagen: Pexels.

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