Quisiera compartir con los lectores de las columnas de los lunes en Mensaje uno de los poemas que componen mi libro Cantos de la fuente nororiente (2022)(1). Este poema se titula “Pentecostés: fiesta del movimiento” y lo propongo como preparación para la fiesta del Espíritu. Dejarnos animar por la fuerza del Espíritu es permitir que todas las cerraduras en las que caemos puedan ir quebrándose y, desde allí, poder germinar vida en medio de nuestros relatos cotidianos.

¡Feliz Pentecostés!

PENTECOSTÉS, FIESTA DEL MOVIMIENTO
(Por Juan Pablo Espinosa Arce)

El Espíritu es don de vida
de la vida que se resiste a morir
es el Espíritu-Presencia del crucificado
que fue resucitado gracias al soplo divino.
Ese soplo divino derribó el muro de la tumba
y hoy quiere derribar nuestros muros.

El Espíritu en medio de las nubes
de las hojas amarillas
de la fragilidad de nuestra tierra
de la tierra seca
y de la tierra barrosa luego de la lluvia.

El Espíritu abraza en medio de los abrazos compasivos, besa en medio de los besos que acurrucan y animan.
El Espíritu es el abrazo y el beso.
Espíritu erótico, amoroso y sanador.

El Espíritu está en medio de la comida
transformando la comida en Vida.
El Espíritu está en el gesto
en la risa y en su sonido
en el llanto, incluso en el llanto.

El Espíritu del Resucitado que nos levanta,
nos despierta
nos motiva
nos sustenta.

El Espíritu es profunda biopolítica
es pura vida
vida dada.

El Espíritu es el vínculo, es político, comunitario, eclesial.

El Espíritu sopla por todos los caminos
en todas las espiritualidades,
pero de las espiritualidades que liberan y se compadecen.
No es el Espíritu aquello que mata y divide.

El Espíritu susurra todas las lenguas,
pero no la lengua que destruye,
porque el Espíritu reúne lo despedazado.
El Espíritu es el Espíritu.

(1) Pueden consultar y comprar uno de los ejemplares del poemario escribiendo a [email protected]