En febrero y marzo de 2022, el Líbano sufrió una ola de tormentas de nieve y frío extremo sin precedentes. Las temperaturas cayeron por debajo de los cero grados centígrados durante varios días, la nieve se acumuló en varias regiones y algunas carreteras se cerraron por completo debido a la nieve y el hielo.
Al mismo tiempo, la crisis del combustible, consecuencia del colapso económico del país, supuso la escasez de gasóleo y la subida de los precios, lo que contribuyó a largos periodos de cortes de electricidad. La hiperinflación hizo que la mayoría de los residentes no pudieran permitirse artículos básicos y que el 54% de los libaneses y el 88% de los sirios vivieran por debajo del umbral de la pobreza y necesitaran ayuda.
Las dificultades agravadas aumentaron significativamente la vulnerabilidad de las familias durante los meses de invierno. En este contexto, la principal prioridad del Servicio Jesuitas a Refugiados (JRS) Líbano se convirtió en la distribución de gasóleo de emergencia y de alimentos para que las familias pudieran cubrir sus necesidades más críticas de supervivencia en las localidades de Bar Elías y Baalbek.
DISTRIBUCIÓN DE ALIMENTOS EN BAR ELÍAS
Muchas familias de refugiados sirios viven en la región de Bar Elías, en el Valle de la Becá, debido a su proximidad a la frontera con Siria. El JRS Líbano gestiona varios proyectos para ayudar a los refugiados y a las comunidades de acogida, incluyendo programas de salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS), protección, respuesta a emergencias y educación.
Una de las escuelas de la zona, la escuela Telyani, ofrece educación formal a casi 450 estudiantes refugiados que viven en asentamientos informales cercanos. El pasado invierno, las dificultades para hacer frente a los gastos diarios agravaron la salud de los que residían en tiendas de campaña. Las madres se esforzaron por hacer frente al estrés y la ansiedad relacionados con la incertidumbre alimentaria y, en algunos casos, los niños pasaron días sin comer.
“Necesitamos urgentemente la distribución de alimentos que puedan proporcionar comida durante más tiempo a nuestros hijos ante el absurdo coste de la vida, cuando las cosas más simples, como el azúcar, el aceite y el bulgur se volvieron muy caros e imposibles de adquirir”, dijo la madre de un estudiante de Telyani.
En respuesta, el JRS comenzó a distribuir cestas de alimentos a las familias que residen en los campamentos cercanos. Arroz, bulgur, garbanzos, judías, pasta, sal, azúcar, aceite y té eran algunos de los ingredientes esenciales que se proporcionaban en cada cesta.
Las distribuciones, previstas inicialmente para febrero, se retrasaron desgraciadamente hasta finales de marzo por problemas de acceso a gasóleo asequible. Las familias, sin embargo, respondieron muy favorablemente y vieron los alimentos como una bendición para el comienzo del mes sagrado del Ramadán. Aceptaron el regalo y dieron las gracias al personal diciéndole lo siguiente: “Se les devolverá con bendiciones y bondad”.
Las cestas de comida ayudaron a aliviar un poco el estrés de los padres. Una madre comentó: “Me ha ayudado muchísimo. Ahora puedo comprar leche y pañales para mis hijos”.
APOYO A LAS FAMILIAS DE BAALBEK
El campamento de Nahle, en la zona de Baalbek, fue fundado hace diez años por sirios desplazados por la guerra. Al principio llegó mucha gente, pero debido a las dificultades logísticas y a los obstáculos vitales a los que se enfrentaban, los residentes se dispersaron rápidamente a lugares cercanos. En la actualidad, diez viejas tiendas están ocupadas por 12 familias con sus hijos.
El campamento de Nahle, en la zona de Baalbek, fue fundado hace diez años por sirios desplazados por la guerra.
El campamento es prácticamente inhabitable debido a la ausencia de elementos esenciales para la vida, como agua, electricidad y servicios sanitarios. Los alimentos y los refugios escasean y el alto coste de la vida y el colapso económico han empeorado las circunstancias. Las necesidades más básicas de ropa y alimentación son siempre necesarias.
El pasado invierno, el JRS Líbano pudo entregar cestas de alimentos y un vale de combustible para la calefacción a las familias que viven en el campamento de Nahle. Entre los residentes del campamento está Mohamed*, un niño sirio criado por su abuela: vive aquí desde 2012 y aún no ha ido a la escuela.
Mohamed estaba encantado con la cesta de alimentos, especialmente con el queso, que es su alimento favorito. Tan pronto como recibió su ración de comida, comenzó a devorarla felizmente. Le dijo al personal del JRS: “Estoy muy contento; el queso es mi comida favorita. Me gustaría poder comer labneh (yogur libanés) y queso todo el tiempo, pero rara vez lo consigo”.
Mohamed es uno de los muchos ejemplos de niños refugiados que luchan contra el hambre como resultado de la crisis económica sin precedentes en el Líbano, a los que el JRS se compromete a acompañar.
El Líbano se enfrenta a muchos retos y se ve el impacto de la pobreza en las personas a las que se asiste cada día, con crecientes necesidades en Salud Mental, Educación y Medios de Vida. Recientemente se ha detectado un brote de cólera que amenaza la vida de muchas personas vulnerables de muchas nacionalidades.
También este invierno, los habitantes de Bar Elias y Baalbek necesitarán apoyo adicional, y seguimos comprometidos a acompañar, servir y defender a los refugiados sirios y a las comunidades de acogida en Líbano durante estos tiempos difíciles.
* Los nombres se han cambiados por privacidad y seguridad.
Fuente: https://jrs.net/es / Imagen: Servicio Jesuita a Refugiados.