Reino Unido: Encontrando su lugar en los hogares y corazones de Londres

Viendo la difícil situación de los refugiados sin hogar, Nora reconoció que «podría haber sido yo, ¿sabes? Yo podría haber estado en esa situación».

Mientras que la mayoría de nosotros esperamos estar «en casa» durante las vacaciones de Navidad, sentirse en el hogar es algo que escapa a la mayoría de los refugiados. En Londres, donde los refugiados indigentes y sin techo muchas veces duermen en la calle, el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) está extendiendo la hospitalidad y consiguiendo que personas desplazadas lejos de su país entren en un hogar.

«Realmente, sentí como que nuestras almas se encontraban», así describe Nora su encuentro con Charita*. A través del programa At Home [En Casa] del JRS en el Reino Unido, las dos han estado viviendo juntas tres meses. Otras familias, comunidades religiosas y congregaciones religiosas también han abierto sus puertas y sus corazones a los refugiados en el Gran Londres.

«Tengo mucha suerte de tener esta casa —dice Nora—. ¿Cómo podría negarle un hogar a otra persona?».

Antes de la llegada de Charita, Nora era reticente a recibir a una persona extraña. Fue —dice ella— su compromiso con los valores del Evangelio lo que la ayudó a superar sus miedos. «Cuando hice examen de conciencia y de las enseñanzas de mi fe, vi que había muchas cosas en las Escrituras sobre la caridad», explica Nora. Viendo la difícil situación de los refugiados sin hogar, Nora reconoció que «podría haber sido yo, ¿sabes? Yo podría haber estado en esa situación».

COMPARTIENDO LA FE, ABRIENDO HOGARES Y CORAZONES

Charita se convirtió rápidamente en parte de la casa de Nora, y las dos han disfrutado compartiendo momentos simples, como ir de compras e ir juntas a misa en la parroquia local de Nora. La experiencia de compartir sus vidas y su fe ha brindado a ambas mujeres «una gran alegría» y le ha dado «alma» al hogar de Nora.

«Ella se ha convertido en parte de mi vida», dice Nora sobre su nueva amiga. «A pesar de que se trata solo del día a día, al finalizar la jornada, es algo grande. Estoy haciendo algo, al menos una pizca de bien, por alguien».

Nora está viviendo su fe de una manera práctica y espiritual. Ella le ha dicho «sea bienvenida» a una persona extraña.

Únase a nosotros para agradecérselo. Haga un acto de fe, esperanza y amor con un donativo al JRS hoy mismo, para que más refugiados se sientan «en casa» en estas fiestas.

* El nombre se ha cambiado para proteger la identidad.

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Fuente: https://jrs.net

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