Tradición, progreso y tabúes

Aumentar nuestra capacidad de profundizar, nombrar, formular y dialogar sobre las realidades que vivimos y que nos afectan, para integrar las distintas perspectivas y buscar la visión más completa posible de la verdad.

Hay realidades a las que nos cuesta enfrentarnos. Una de las reacciones más inmediatas que nos brota a los seres humanos es sencillamente no hablar de las situaciones difíciles. Cuando esta reacción es compartida por una comunidad más o menos amplia, hablamos de un tabú. Como una familia en la que nunca se habla de cierto acontecimiento o conflicto pasado. Probablemente es inevitable que surjan tabúes, pues funcionan como un mecanismo básico para contener conflictos, para que ciertas situaciones al menos no empeoren, aunque está claro que tienen sus limitaciones.

En las sociedades que nos han precedido, de las que venimos, los tabúes han estado ciertamente presentes. Hay temas que eran como eran, y no se podían cuestionar. Quizás uno de los más evidentes es la moral sexual. También la política, la nación y la religión, en alguna medida, estarían afectados por el tabú.

En las últimas décadas, los cambios sociales han traído cuestiones y preguntas incontenibles para las antiguas convenciones. Han puesto al descubierto situaciones para las que las antiguas respuestas (y silencios) eran insuficientes. Las sociedades tradicionales reaccionaban imponiendo el silencio ante ciertos temas, a veces de forma agresiva e incluso violenta. Ante ello, van surgiendo impulsos que cuestionan todo lo anterior y proponen nuevas visiones de la sociedad.

En las últimas décadas, los cambios sociales han traído cuestiones y preguntas incontenibles para las antiguas convenciones.

Sin embargo, ello no siempre conlleva una superación del tabú. A veces, las soluciones llamadas progresistas se presentan sin más aval que acusar de opresor, o de actuar desde el odio, a quien las cuestiona. De esta manera, la crítica a la nueva propuesta no es posible, y en lugar de superar los tabúes, se sustituyen por otros nuevos.

El progreso de una sociedad no consiste en sustituir unos tabúes por otros. Esto simplemente nos conducirá a sustituir unos errores por otros, unas opresiones por otras. Más bien, pasa por aumentar nuestra capacidad de profundizar, nombrar, formular y dialogar sobre las realidades que vivimos y que nos afectan, para integrar las distintas perspectivas y buscar la visión más completa posible de la verdad.


Fuente: https://pastoralsj.org / Imagen: FreeImages.

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