Trump y Macron, el nuevo liderazgo occidental

¿Qué podría sustentar una alianza entre Trump y Macron? La respuesta a esa interrogante se encuentra, precisamente, en las diferencias existentes.

La reciente visita del Presidente de Francia a Estados Unidos es mucho más de lo que parece. No es, exclusivamente, el encuentro entre dos líderes que coinciden en su lucha contra el régimen sirio al que atacaron militarmente semanas atrás; ese es solo un rasgo que los identifica. El citado encuentro ratifica el posicionamiento de ambos Presidentes como la cara visible de dos formas de entender la política, que, aunque aparentemente enfrentadas, están coincidiendo en pro de afianzar el poder de sus países dentro del tablero de juego internacional.

Cuando se dice que las tendencias que representan los mandatarios están enfrentadas, se alude, por una parte, al proteccionismo que promueve Trump, mientras que Macron está convencido de las bondades que ofrece el modelo integracionista, del que sigue siendo defensor. Otro tema que ha separado a estos mandatarios es el ambiental, teniendo en el llamado Acuerdo de París un motivo de controversia, ya que Trump no se comprometió con los puntos del acuerdo en cuestión, dando así la espalda a lo planteado por la gran mayoría de países.

Entonces, ¿qué podría sustentar una alianza entre Trump y Macron? La respuesta a esa interrogante se encuentra, precisamente, en las diferencias existentes. Dicho de otra forma, estos líderes se necesitan, su acercamiento no está pensado únicamente para el ámbito exterior; tanto Trump como Macron disipan críticas dentro de sus fronteras con esta sonada relación.

Ante las reacciones que generan las medidas de Trump en el ámbito comercial, lo que algunos analistas catalogan de aislacionista, nada mejor que su aproximación a un líder que declara y actúa como un defensor de la integración y la construcción de bloques. El Presidente de Estados Unidos calma a sus críticos, demostrando que más allá de su plan, ningún gran movimiento a nivel mundial puede prescindir de la influencia estadounidense. Reunirse con Macron, en este momento de la dinámica internacional, representa un mensaje a los detractores internos y, en segundo plano, a los rivales por la influencia geopolítica.

Macron, quien no termina de ser percibido por sus compatriotas como un líder sólido y capaz de influir en el concierto internacional, cambia esa imagen cuando se afirma como el aliado predilecto de Estados Unidos. No se trata solo del contacto y la notoriedad que este alcance, se trata de su actitud y lo que plantea. Cuestionar abiertamente la actitud de Trump en foros internacionales, sin que esto haya supuesto un distanciamiento con Estados Unidos, ha redimensionado, en alguna medida, la figura del Presidente francés de cara a sus detractores. Obviamente hay otro tema de fondo, al menos desde la mirada francesa: desplazar a Alemania como la gran referencia de la Unión Europea.

Las señales invitan a seguir el desarrollo de esta alianza que apunta a crecer cada vez más. Independientemente de las observaciones sobre el carácter utilitario de la misma, o respecto de cuál de los Presidentes sale más beneficiado, esta fluida relación entre Trump y Macron describe las nuevas coordenadas del trato Estados Unidos-Europa. No estar atento a esto, es un lujo que no ha de tener lugar.

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Fuente: http://revistasic.gumilla.org

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