Burkina Faso: Continúa la inestabilidad por los atentados yihadistas

Al menos 50 soldados, un número indeterminado de civiles y más de un centenar de terroristas han muerto en los atentados de los últimos días, que llamaron la atención del Papa Francisco en el Ángelus del domingo. Más de diez mil víctimas desde 2015, dos millones de desplazados en un país que ha sufrido dos golpes de Estado en un año.

Tras el rezo del Ángelus del domingo 26 de febrero, el Papa Francisco dijo estar “muy preocupado” por la situación en Burkina Faso, “donde continúan los ataques terroristas”. El Pontífice pidió entonces “rezar por la población de ese querido país, para que la violencia que ha sufrido no le haga perder la fe en el camino de la democracia, la justicia y la paz”.

SIETE AÑOS DE VIOLENCIA

De hecho, desde hace al menos siete años, el país del Sahel es víctima de la violencia perpetrada por grupos yihadistas en el norte, en una situación que también ha afectado a la estabilidad de Burkina Faso, que ha sufrido dos golpes de Estado militares en un año. Más de 10.000 personas han muerto desde 2015, con cerca de dos millones de desplazados.

LOS ÚLTIMOS ATENTADOS

El viernes 24 de febrero, la agencia de propaganda del Estado Islámico reivindicó la muerte de más de cincuenta soldados durante un enfrentamiento con el ejército acaecido la semana anterior en la provincia septentrional de Ouadalan, en la frontera con Mali y Níger. Un convoy militar que intentaba avanzar hacia territorio controlado por los milicianos sufrió una emboscada. Fueron secuestrados cinco soldados que aparecen en videos propagandísticos, mientras que el número de heridos es incierto. El ejército confirmó la muerte de 51 soldados y 160 milicianos en el ataque, mientras que no especificó el número de heridos. Hay también incertidumbre sobre las víctimas del ataque que había golpeado la ciudad de Tin-Akoff unos días antes. Testigos informaron de víctimas militares y civiles en un enfrentamiento en un puesto militar avanzado, pero no hay cifras definitivas.

La agencia de propaganda del Estado Islámico reivindicó la muerte de más de cincuenta soldados durante un enfrentamiento con el ejército acaecido la semana anterior en la provincia septentrional de Ouadalan, en la frontera con Mali y Níger.

LA REACCIÓN DE LA JUNTA MILITAR EN EL PODER

El atentado de Oudalan, por el que también llegó la solidaridad de la Unión Europea, que reafirmó su compromiso de “seguir siendo un socio fuerte de los países del Sahel en su lucha contra el terrorismo”, es el más grave sufrido por el ejército desde que el capitán Ibrahim Traore tomó el poder. El jefe de la junta militar, que también ha pedido a París la retirada de los 400 soldados de la operación Sabre presentes en el país, ha anunciado por ello un “reclutamiento excepcional” de cinco mil hombres para reforzar los esfuerzos en la lucha contra los yihadistas “hasta la victoria final”. Más de doscientos civiles y militares han muerto desde principios de enero.


Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: FreeImages.

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