CINE. “Un hombre llamado Ove”: elegir cómo vivir

A pesar de los lugares comunes, la película sueca “Un hombre llamado Ove” es una bonita historia que rescata el valor de las relaciones entre las personas, a pesar de las diferencias, y de salir de uno mismo para ayudar a quien lo necesita.

No es solo mal genio o fastidio por la inoperancia de los demás. En Ove hay una amargura profunda. Ha sufrido golpe tras golpe y la única persona que le mostró el lado amable de la vida, que lo hizo inmensamente feliz, ya no está. Ove tiene 59 años y aunque se podría considerar una persona joven y con mucho por vivir, se ha ido apagando. Es un hombre de tradiciones y normas. Ha trabajado toda su vida en la misma empresa, desde que tomó el puesto que dejó su padre al morir en un accidente. En su vida solo ha tenido autos de una sola marca. Y todo su amor fue para una sola mujer, Sonja.

Pero su mundo está cambiando y con él las certezas y seguridades que lo habían hecho feliz. Enviudó hace poco y en su trabajo acaban de invitarlo amablemente a jubilar. Ya no tiene qué hacer ni para quién hacerlo. Ni siquiera su obsesión por las reglas y por controlar el cumplimiento de las normas que rigen en el vecindario, son suficiente. El hecho de que ya nada sea como antes, no lo deja tranquilo.

Así las cosas, ha decidido que no tiene mucho más que hacer en este mundo y busca la manera de reunirse definitivamente con Sonja. Pero todos sus planes fracasan, generalmente por interrupciones impensadas. Al vecindario llega una nueva familia —bulliciosa, con niños y de madre extranjera— que además de importunarlo y provocarle una serie de molestias, le dará la oportunidad de salir de sí mismo y encontrar un nuevo propósito en la vida.

Esta es la historia de la película sueca Un hombre llamado Ove, que postuló a dos premios Oscar, en las categorías de mejor película de habla no inglesa y mejor maquillaje y peluquería. Está basada en el libro del mismo nombre del escritor Fredrik Backman, que ha sido un éxito de ventas internacional. La película es una adaptación bastante fiel al original, en la que se omiten algunos pasajes y hay pequeñas variaciones, pero conserva lo sustancial.

El libro es un relato que parece escrito casi pensando en su adaptación al cine y la película transcurre sin mayores sorpresas por ese camino trazado previamente y que el mismo director se encargó de adaptar al guion.

UN VIEJO GRUÑÓN

No es claro cuándo se convirtió Ove en este ser hosco, huraño y alejado de todo el mundo. Probablemente mucho de ello estaba en su carácter —nunca fue demasiado locuaz ni tuvo casi amigos—, pero los tropiezos del camino fueron acrecentando esa forma de vida y la vejez —a pesar de ser todavía un hombre relativamente joven y con mucho por vivir— terminó por acentuar estas características aún más. Sin su mujer, quien era toda dulzura, generosidad y descomplicación, ya no le quedó ni una traba que le impidiera dar rienda suelta a su forma de ser. Así se fue también enclaustrando.

Ove se parece mucho a otros personajes cinematográficos. Y la fórmula que el libro y al película plantean no es demasiado original. El cine está lleno de viejos gruñones y solitarios que logran redimirse. Curiosamente, dos ejemplos muy parecidos se encuentran en el cine de animación infantil. Uno de ellos el villano Gru, ese personaje que cuenta con un escuadrón de secuaces amarillos, los minions, y cuya vida cambia gracias a tres niñas huérfanas. Más parecido, quizás, es el protagonista de la notable cinta Up!, de Pixar. Un hombre viudo, solo, enojado con el mundo, que se resiste a cambiar y cuya impensada amistad con un niño de raíces extranjeras dará un nuevo sentido a su vida.

Al igual que el protagonista de Up!, Ove ha sido un hombre apegado las reglas, que tendrá que buscar soluciones alternativas cuando el sistema o la burocracia le impidan llevar a cabo aquello que encuentra justo. También como ocurre con estos personajes animados, para Ove todos los demás son ineptos o simplemente idiotas —algo que se encarga de reafirmar constantemente— y está seguro de que ya nadie es capaz de hacer las cosas bien o como es debido.

La película ofrece varias y buenas oportunidades para observar a Ove en todo su esplendor. En la tienda de flores, al cruzarse con los vecinos, en el hospital… Lo que de alguna manera salva al personaje —y a la película— es la historia que se nos va contando, a través de flash backs intercalados, sobre el pasado y la felicidad compartida. También, ese camino que parece tan remoto, que puede llevarlo a vivir nuevamente momentos felices.

Ove puede ser un hombre tan detestado como querido, en la medida en que, mostrando distintas facetas y debilidades, permite al espectador empatizar con él. Maniobra evidente del creador del personaje y del director de la película, en la que el público puede caer fácil y dulcemente.

SALIR DE UNO MISMO

Sin darse cuenta, su nueva vecina Parvaneh, una mujer de origen iraní, embarazada y madre de dos niñas, con sus inoportunos y constantes pedidos de ayuda, conseguirá que Ove salga de sí mismo. El lazo que se formará con ella y su familia permitirá que Ove descubra una nueva forma de vivir y ser feliz.

La historia de Ove está muy bien contada y cuenta con situaciones tragicómicas que hacen que muchos vean en esta película una comedia. Pero también es un retrato sobre la vejez, la soledad y el perdón, a los otros y a uno mismo. La cinta invita a reflexionar sobre temas como la tolerancia y la aceptación de las diferencias, y qué hace a las personas sentirse útiles y valoradas.

Y en las sociedades actuales, en que el tema de los refugiados y migrantes está cada vez más presente, el personaje de Parvaneh ayuda a derribar mitos y prejuicios, invita a valorar a las personas por lo que son y tiende un puente de entendimiento entre culturas, tan necesario en Europa como en Chile. Pero la tolerancia hacia el que es distinto no solo tiene que ver con integrar al extranjero, sino también con aceptar y ser amable con un hombre tan difícil como Ove.

No hay que olvidar al gato que aparece por el vecindario. Un nuevo compañero, completamente impensado para Ove, que lo hará tener de quién ocuparse. Este giro en su vida será tan positivo para él como para todos quienes lo rodean. Aunque el propósito inicial de Ove sea no seguir viviendo, finalmente no puede evitar salvarle la vida a los demás.

Asumiendo los inevitables lugares comunes y la liviandad con que pasa por algunos temas sin profundizar demasiado, hay que reconocer que esta película sueca tiene momentos entrañables. Quizás no muchas novedades, pero sí un buen recordatorio del valor de las relaciones humanas y cómo profundizarlas. Estar cerca del otro, acompañarlo y tenderle una mano cuando lo necesita, es fundamental y quizás todavía más cuando se trata de personas mayores o solas. Un hombre llamado Ove nos recuerda que elegir cómo vivir es la decisión más importante de cada día.

FICHA

En man som heter Ove, Suecia, 2015 / Dirección: Hannes Holm / Intérpretes: Rolf Lassgård, Bahar Pars, Filip Berg, Ida Engvoll / Guión: Hannes Holm / Argumento: basado en la novela Un hombre llamado Ove, de Fredrik Backman / Fotografía: Göran Hallberg / Música: Gaute Storaas / Duración: 160 minutos / Género: Drama.

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Fuente: Revista Mensaje

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