Tal como informa Prensa CELAM, el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) revela en su último informe sobre el estado de las vacunas por países, que la región latinoamericana y caribeña es la más afectada del planeta por la pandemia del Covid-19, a pesar de tener solo el 8,4% de la población mundial. También aseguran que los países del continente y el Caribe “enfrentan desafíos en diversos aspectos para controlar la pandemia”, tales como desigualdad, informalidad laboral, desprotección, pobreza y vulnerabilidad, agravados por la crisis sanitaria del coronavirus. De hecho, indica:
“La región se caracteriza por poseer sistemas de salud y protección social débiles y fragmentados, y asentamientos urbanos marginados en expansión, carentes de acceso a servicios básicos”.
VENEZUELA Y CENTROAMÉRICA SON LOS MÁS AFECTADOS
Y a esto se añaden “los flujos migratorios y desplazamientos de población, así como los conflictos de diversa índole”, en especial el éxodo venezolano, que “es el mayor presentado en la historia reciente y una de las mayores crisis globales de desplazamiento forzado en el mundo, después de Siria”.
Al mismo tiempo, el JRS se refiere a los cientos de miles de centroamericanos que siguen huyendo de sus países a causa de la violencia, la violación de los derechos humanos y el deterioro de las condiciones de seguridad. Y asevera que:
“Las cifras de desplazamiento forzado se cuadriplicaron en el último decenio y a causa de la crisis humanitaria generada por la pandemia, los migrantes forzados y refugiados venezolanos y centroamericanos han sido doblemente afectados”.
DISCRIMINACIÓN CON LA VACUNA
Sobre el proceso de vacunación que se está llevando a cabo en los diversos países de la región, el JRS denuncia la diferencia entre la demanda y la disponibilidad de las vacunas según los niveles de ingreso de los países, así como la planificación y el buen uso de los recursos. Por esta razón advierten:
“En general, en los planes de vacunación contra el Covid-19 en la región están excluidos los migrantes en condición irregular, lo cual debe ser reconsiderado, incluyéndolos en condición de igualdad y sin discriminación”.
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Fuente: www.vaticannews.va