El Evangelio que anunciamos las mujeres. «De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas»

Cada célula de la que estamos hechos fue pensada, soñada para que seamos personas amadas y amantes.

Domingo 29 de octubre, 2023
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 22, 34-40.

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu”.

Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. 

Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.

¡Palabra de Dios!

Hoy en día este primer mandamiento es el más difícil de cumplir para nuestra sociedad. Ya no amamos sin condición y a Dios le ponemos a prueba como este doctor de la Ley, tanto así que le pedimos que nos ayude por favor, como lo hacemos con alguien al que le pedimos un favor, asumiendo que nos deben devolver el favor. Me pregunto, ¿es posible devolver un favor a Dios?, si Él todo lo provee y nos ama desde siempre.

Si aprendemos y practicamos este primer mandamiento, nuestra vida se torna en gratitud permanente. Nuestro corazón late en armonía y guarda lo mejor de lo vivido con nuestros hermanos y de lo que realizamos día a día.

Nuestra alma refleja una vida abundante, la alegría de existir y se abre a descubrir la voluntad que tiene el Señor de que seamos felices. Podemos alabar a Dios con todos nuestros sentidos; con la mirada, con el olfato, con el gusto, con el tacto y con los oídos, toda la Creación dispuesta bajo nuestros pies y sobre nuestra cabeza.

Nuestra alma refleja una vida abundante, la alegría de existir y se abre a descubrir la voluntad que tiene el Señor de que seamos felices.

Si nuestro espíritu se une a Su Espíritu, entenderemos que amarlo a Él nos lleva naturalmente a creer que cada célula de la que estamos hechos fue pensada, soñada para que seamos personas amadas y amantes, es decir, nos aceptaremos tal y cual somos y sencillamente no nos costará cumplir el segundo mandamiento que es servir (amar) a nuestro prójimo. Podremos también, sin mayor dificultad, seguir cada uno de los otros mandamientos, que es hacer siempre el bien que queremos para nosotros y para los demás.

Pidamos al Señor, nos inspire esta Su Palabra, para descubrir cuánto más nos ama y que está siempre con nosotros dando también nuestros pasos, acompañándonos, sosteniéndonos y animándonos a seguir.

Que la Paz del Señor sea con todos ustedes, un abrazo fraterno y agradecida por esta oportunidad, de comentar la palabra del Señor.


Fuente: Mujeres Iglesia Chile / Imagen: Pexels.

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