El Evangelio que anunciamos las mujeres. “El Señor viene, viene siempre…”

Adviento, una nueva oportunidad para renovar la esperanza, fortalecer la fe y contagiar alegría.

Domingo 2 de diciembre
El Señor viene, viene siempre…” (Lc 21, 25-28.34-36)

Él viene, viene, viene siempre.
En cada instante y en cada edad,
todos los días y todas las noches,
Él viene, viene, viene siempre.
(Tagore)

Este domingo 2 de diciembre inauguramos un nuevo año litúrgico y, con él, el tiempo de Adviento. Una nueva oportunidad para renovar la esperanza, fortalecer la fe y contagiar alegría, sí, pues nos gozamos ante el misterio de la encarnación, Dios que deja el cielo y se hace uno de nosotros para compartir nuestra condición humana en todo, menos en el pecado.

Iniciamos así, un camino de preparación para celebrar el nacimiento de Jesús, pero, además, el Adviento nos pone en la dinámica de la segunda venida del Cristo al final de los tiempos. La liturgia, rica en signos, va orientado la senda y disponiendo el corazón para dejar entrar al Señor a nuestra vida con fuerza y decisión.

La palabra de este día da cuenta de cómo este gran acontecimiento fue anunciado desde antiguo, llegando al momento culminante, del cumplimiento de las promesas hechas por Dios a su pueblo. El Evangelio nos invita a estar atentos a las señales que precederán a la manifestación del Señor y alertas a cómo debemos situarnos para alcanzar nuestra liberación, a no permitir que se nos nuble el entendimiento y confunda el corazón con experiencias superficiales y pasajeras.

Este primer domingo de Adviento nos propone cultivar dos actitudes importantes: Estar vigilantes como un centinela, para reconocer el paso del Señor, no solo en los cambios que se presenten en la naturaleza, sino que, con mucha más atención, reconocerlo en el hombre y la mujer que esperan con ansias su liberación de la esclavitud, de una vida de dolor, marginación, pobreza y para emprender, desde lo personal, un camino de conversión.

Otra actitud es: La esperanza, pues esperamos a Aquel que va a llegar a colmar con su presencia nuestras más profundas aspiraciones, al que durante estas semanas vamos a invocar diciendo: “Ven Señor Jesús” no tardes más.

Adentrémonos en esta vivencia de peregrinos en la fe y hagámoslo junto a María, madre de la esperanza, dejemos que ella nos ayude a confiar en Dios desde su sí generoso, que mueva nuestro corazón para servir al que lo necesita como lo hizo con su anciana prima Isabel, a orar y meditar, como ella, todo lo que el Padre nos va revelando, en la profundidad de nuestro ser, a que podamos proclamar, con ella, las maravillas que hace Dios en nosotros cada día, en cada instante que viene a nuestro encuentro.

* ¡Queridas amigas y compañeras de ruta, queridos amigos! Con alegría comunicamos que seguiremos compartiendo con ustedes, semana a semana, una reflexión al Evangelio dominical. Hoy, primer domingo de Adviento, damos inicio a un nuevo periodo hasta el último domingo del año litúrgico 2019. Sentimos necesario darle continuidad a este espacio de expresión para mujeres que se dejan interpelar por La Palabra. Con esto buscamos visibilizar la acción de la Ruah —La Espíritu— que anima nuestras vidas y comunidades en la construcción del Reino. Pueden encontrar todos los comentarios anteriores en Facebook, Mujeres Iglesia Chile, y en la página de la Revista Mensaje: https://www.mensaje.cl/category/noticias/iglesia/

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Fuente: https://www.facebook.com/MujeresIglesiaChile/

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