El Evangelio que anunciamos las mujeres. “El tiempo de la Higuera”

Como la higuera que lleva años quieta, adormecida, seca, añosa, un día vuelve a su esplendor, sus hojas brillan, el color recupera su tono, los años tienen vitalidad y da frutos de esperanza mientras pueda.

Domingo 24 de marzo
El tiempo de la Higuera” (Lc 13, 1-9)

En estos días tan convulsionados en nuestra Iglesia, estamos llamados todos y todas a un camino de conversión, a anunciar la Buena Noticia con valentía y esperanza. Valentía para atreverse a defender las víctimas de tanto abuso que tenemos en nuestras familias, Iglesia y sociedad.

Como mujer de Iglesia, trabajadora, hija de la población, siento que hay mucho por hacer en cada espacio que habitamos. No basta marchar por las grandes alamedas gritando que paren de matarnos, es necesario cambiar las estructuras que nos esclavizan y nos impiden avanzar.

Especialmente en estos días, es preciso compartir nuestros dolores, para poder abrir caminos de esperanza a hombres y mujeres que buscan la igualdad en esta sociedad herida por el maltrato del sistema en el que estamos. Hay mucho por denunciar, la lista es enorme, y al mismo tiempo, hay mucho por anunciar.

Los pequeños gestos que a diario recibimos, una sonrisa generosa, un saludo alegre en el trabajo, la oración matutina, una flor que se abre coqueta al mediodía, el paso inacabable del anciano, la mujer que arregla su casa para sus seres queridos, el aroma de la tierra mojada, el rayo de luz que asoma tímido en la mañana, la palabra fértil de la mujer, el beso profundo que toca el alma, la visita del anciano pobre que regala un paquete de galletas, el arreglo floral depositado en la oficina, la alegría de compartir con los enfermos, las bromas alegres de los hermanos en situación de calle, la bendición del nuevo día, que nos dan la oportunidad de no quedarnos dormidos cuando somos como la higuera que no da frutos.

En ese despertar, alguien siempre cree en nosotros, el agua de la vida riega esa tierra seca que inmoviliza el crecimiento interior, que se detiene por tantas situaciones que nos toca sortear, y como la higuera que lleva años quieta, adormecida, seca, añosa, un día vuelve a su esplendor, sus hojas brillan, el color recupera su tono, los años tienen vitalidad y da frutos de esperanza mientras pueda.

Hermanas y hermanos, la vida recupera su grandeza en medio de la sencillez, que pasa inadvertida cuando no logramos percibir la suave brisa del paso de Dios en nuestras vidas.

* Queridas hermanas, queridos hermanos, les enviamos una nueva homilía del Evangelio que anunciamos las mujeres. Nos alegramos y agradecemos los ojos y la voz nueva de mujeres que se atreven a decir y orar el Evangelio para nuestras comunidades. Estas van enriqueciendo nuestra capacidad de comprender y ampliar el mensaje de Jesús. Pueden encontrar todos los comentarios anteriores en Facebook, Mujeres Iglesia Chile, y en la página de la Revista Mensaje: https://www.mensaje.cl/category/noticias/iglesia/

_________________________
Fuente: https://www.facebook.com/MujeresIglesiaChile

ARTÍCULOS RELACIONADOS

logo

Suscríbete a Revista Mensaje y accede a todos nuestros contenidos

Shopping cart0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0