El libro del plebiscito de salida

Un acontecimiento de humanidad personal y colectivo que custodie el aprendizaje de 155 personas que, siendo tan distintas, tuvieron que esforzarse al máximo para sacar adelante un proyecto duradero.

Si el plebiscito de salida llega a aprobar una nueva Constitución, espero que una gran casa editorial confeccione un libro que recoja las experiencias de nuestros representantes en la Convención. Debe quedar registro de un acontecimiento tan extraordinario. Porque esto sería una revolución, un salto adelante, una creación indeducible de los presupuestos que la han hecho posible.

Convendría que el libro tuviera dos tomos. El primero tendría que recoger la experiencia de los constituyentes. Dejarlos hablar así no más. A la libre. Pudiera darse diez páginas a cada uno. Unos 35 mil caracteres sin espacio. En estas páginas tendrían que contar qué pasó con ellas, con ellos, qué les pasó en la mente, en el corazón, cómo cambiaron, qué les hizo mejores personas. No debieran quedar fuera las heridas, los traumas, las derrotas.

Un segundo tomo pudiera dedicarse a entrevistas. Periodistas especializados con pala y picota tendrían que ayudar a los constituyentes a sacar fuera asuntos clave del proceso. La periodista tendría que preguntarles, por ejemplo, qué aprendieron de la democracia. Otras preguntas: “¿Querría usted presentarse a una elección parlamentaria?”. “Usted y sus colegas, ¿qué pueden decir de lo que la prensa opinó de su trabajo?”. “¿Qué medios contribuyeron, les ayudaron?”. “¿Quiénes trataron de sabotear el proceso?”.

Faltaría, en realidad, un tercer tomo. Este podría centrarse en la transmisión de un aprendizaje. ¿Qué querrían transmitir a sus hijos los y las constituyentes de lo aprendido? No digo anécdotas. Sí, también anécdotas, pero sobre todo aquello que aquilataron con amor y desearían ahora transmitir con pasión porque, pase a futuro lo que pasé, tendrá un valor imperecedero. Estoy pensando en la ponencia que presentarían en una reunión de ENADE, en el colegio de profesores, en una facultad de ingeniería o en cualquier lugar que se los quiera escuchar. Espero que el Ministerio de Educación financie la publicación y convierta esta sabiduría en enseñanzas, como si la primera obligación de un país fuera aprender de su propia historia. Tal vez el Ministerio tendría que duplicar las horas del curso de Educación Cívica. Habría que aumentar además las de Historia.

Perdón. Debiera haber también un cuarto tomo. Este tendría que contener las palabras clave. No me refiero a los términos políticos. Para estos habrá otro tipo libros, actas. Tengo en mente lo dicho arriba. Hablo de las palabras clave de un acontecimiento de humanidad personal y colectivo que custodie el aprendizaje de 155 personas que, siendo tan distintas, tuvieron que esforzarse al máximo para sacar adelante un proyecto duradero. Palabras clave. En este mismo tomo se podría incluir reseñas biográficas de estas personas. Fotos. La foto oficial de la entrega del proyecto al Parlamento, sin duda. Sería interesante, por último, que se incluyeran las obras de referencia utilizadas, tales y cuales autores, estudios, influjos. Y no debieran quedar afuera agradecimientos a gente que no estuvo entre los elegidos, pero colaboró con diversos de trabajos.

Esta obra no debiera incluir un quinto tomo dedicado a los romances. Esto podría quedar para otro libro. Muchos cafecitos, horas extras, cabeceos… Los enamoramientos habrán podido desconcentrar a nuestros representantes, pero también facilitar acuerdos. El amor político radica en el mismo corazón con que las personas se aman y se aceptan.

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Fuente: https://jorgecostadoat.cl/wp

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