El Partido Unión Democrática de Centro resurge como fuerza política en Suiza

En el Consejo Nacional, la cámara baja del parlamento suizo, la UDC emergió como el gran ganador al obtener 62 escaños.

El partido de derecha radical, conocido como la Unión Democrática de Centro (UDC), ha prevalecido en las recientes elecciones al Consejo Nacional, la cámara baja del sistema político suizo, al obtener el respaldo del 28.6% del electorado. Este resultado consolida su posición como la principal fuerza política del país, destacándose notablemente por encima del Partido Socialista, que se posicionó como la segunda agrupación política más importante, con un apoyo del 18%. Estos eventos políticos marcan el inminente desarrollo de la segunda fase de las elecciones al Consejo de los Estados, la cámara alta del sistema parlamentario suizo, que será seguida por la elección de los miembros del Gobierno, programada para el 13 de diciembre.

Cabe señalar que la Unión Democrática de Centro (UDC) surgió como el partido de elección para los sectores de campesinos y pequeños trabajadores independientes, y a lo largo de la década de los años noventa, evolucionó hacia una entidad de orientación nacionalista conservadora, asimilando componentes propios del populismo. A pesar de su presencia constante en el paisaje político durante décadas, el partido ha adoptado recientemente un discurso de marcado tono anti-elite, lo que plantea una paradoja. La UDC se configura como un partido populista de derecha, equiparable a sus homólogos de la derecha radical europea, en la medida en que las temáticas relacionadas con la migración y la lucha contra la Unión Europea ocupan un lugar central en su discurso político. Este partido, de gran magnitud y que ocupa la posición predominante en Suiza, cuenta con dos de los siete escaños en el Consejo Federal del país.

En el contexto de las recientes elecciones suizas del 22 de octubre, se han manifestado transformaciones políticas de notoria relevancia, suscitando un enconado interés y análisis por parte de la ciudadanía y expertos en política. Uno de los elementos sobresalientes de este proceso electoral radica en la expansión de la influencia de la derecha radical, la cual logró un sustancial incremento en su representación parlamentaria. Si bien este fenómeno no constituye un acontecimiento novedoso en el panorama político suizo, suscita inquietudes entre aquellos que promueven una orientación política basada en la moderación y el consenso. Es evidente que la derecha radical, cada vez más, proyecta su huella en el espectro político europeo, congregando un número creciente de adeptos que se oponen, principalmente, a la diversidad sociocultural, lo que se traduce en una marcada resistencia a la inmigración.

Es evidente que la derecha radical, cada vez más, proyecta su huella en el espectro político europeo.

En el Consejo Nacional, la cámara baja del parlamento suizo, la Unión Democrática de Centro (UDC) (L’Union Démocratique du Centre) emergió como el gran ganador al obtener 62 escaños, nueve más que en las elecciones de 2019. El Movimiento Ciudadano de Ginebra (Mouvement citoyens genevois), también de tendencia derechista, logró regresar al parlamento nacional, con dos escaños, después de una ausencia de cuatro años. Además, la Unión Federal Democrática (UDF) (L’Union Démocratique Fédérale), un partido fundamentalista cristiano de derecha, duplicó su porcentaje de votos, pasando de un a dos escaños. El partido de derecha Lega, activo en la región de habla italiana del Tesino, obtuvo un escaño. En conjunto, los partidos de derecha radical experimentaron un aumento en su número de escaños, pasando de 55 a 67 en la cámara baja, que consta de 200 escaños.

En cambio, los partidos ecologistas, tanto los Verdes como los Verdes Liberales, experimentaron notables declives en términos de su desempeño electoral en comparación con los resultados obtenidos en las elecciones de 2019. Los Verdes, a pesar de la disminución, conservaron una representación parlamentaria, aunque esta menguó de 28 a 23 escaños, estableciendo su segundo mejor resultado histórico. Paralelamente, los Verdes Liberales sufrieron un deterioro más significativo al reducir su número de escaños de 16 a 10, reflejando un declive en su presencia en el parlamento suizo. Además, el partido de izquierda Solidaridad, en este escenario de bajas, lamentó la pérdida de sus dos escaños, lo que impactó en su participación en la cámara legislativa. Este fenómeno electoral ha suscitado una serie de cuestionamientos y reflexiones acerca de las estrategias y el atractivo de estas agrupaciones políticas, así como de la dinámica cambiante en el panorama político suizo.

Las fluctuaciones en la representación parlamentaria de los partidos ecologistas revelan una serie de desafíos. Mientras los Verdes lograron mantener un nivel de representación, la reducción de sus escaños denota la necesidad de evaluar sus estrategias y mensajes políticos para atraer un mayor apoyo en futuras elecciones. Por su parte, los Verdes Liberales enfrentaron un deterioro más pronunciado en su presencia en el parlamento, lo que sugiere la importancia de replantear sus estrategias de movilización y comunicación política. Asimismo, la pérdida de los dos escaños de Solidaridad pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las fuerzas de izquierda en el actual clima político suizo, lo que requerirá una revisión de sus estrategias y propuestas para recuperar terreno en las elecciones venideras. Estos resultados electorales subrayan la necesidad de un análisis profundo de las dinámicas políticas y estratégicas de estos partidos con miras a su futuro en el sistema político suizo.

El partido de centroderecha Le Centre obtuvo 29 escaños, lo que representa un incremento de uno en comparación con elecciones anteriores, superando al Partido Liberal Radical (PLR), que obtuvo 28 escaños, disminuyendo en dos. Por otro lado, el Partido Socialista Suizo mantuvo una relativa estabilidad con 41 escaños, dos más que en elecciones previas, mientras que el Partido Evangélico Suizo (PEV), de orientación centroizquierda y fundamentalista cristiano, obtuvo dos escaños, uno menos que en la legislatura anterior.

A pesar de estos cambios en la composición del Consejo Nacional, la cámara alta del Parlamento suizo, conocida como el Consejo de Estado, se espera que mantenga la “fórmula mágica” de reparto del poder entre los cuatro grandes partidos que han gobernado Suiza desde 1959. Dicha fórmula involucra a la UDC, los socialistas, el PLR y el Centro, y es poco probable que su configuración se altere de manera sustancial tras los resultados de las elecciones del domingo.

Como balance de las recientes elecciones, el Partido Unión Democrática de Centro ha consolidado su posición como uno de los partidos de orientación política de derecha radical más respaldados en Europa Occidental. En este sentido, Suiza se suma a la lista de naciones como Suecia, Italia, Polonia y Hungría, que han experimentado el ascenso de gobiernos caracterizados por su orientación de derecha radical, capaces de movilizar una cantidad sustancial de electores en apoyo a sus agendas políticas. La influencia política ejercida por la UDC en Suiza no se limita únicamente a la acumulación de votos durante los procesos electorales, sino que se extiende a su impacto significativo en la orientación y dirección de la política nacional.

En contraste con las tendencias globales divergentes, en el contexto suizo, el respaldo a la UDC no encuentra su fundamentación en la percepción de ser víctima de las repercusiones económicas desfavorables derivadas de la globalización. Más bien, prevalece una percepción ampliamente aceptada de que el país se halla en medio de un proceso de cambio progresista, especialmente en lo que concierne a las dinámicas socioculturales. En ese contexto, la UDC desempeña un papel de relevancia en la configuración y promoción de esta evolución, contribuyendo de manera significativa a la definición del discurso político y a la toma de decisiones que afectan la dirección del país en un ámbito más amplio.

Por último, el respaldo permanente otorgado a la Unión Democrática de Centro por parte de los electores se fundamenta en la cuestión de la inmigración, un tema de destacada relevancia que permea a todos los partidos de orientación política de derecha radical. Esta dimensión se cimienta en la notoria densidad de población extranjera en el territorio suizo, donde aproximadamente una cuarta parte de los habitantes carece del derecho al voto, al ser individuos de origen foráneo. No obstante, es pertinente resaltar que la situación se ha visto influida por la llegada de alrededor de 80 mil refugiados de nacionalidad ucraniana desde el inicio del conflicto en la región. La República Helvética ha experimentado un flujo migratorio significativo, habilitado principalmente por el Acuerdo de Libre Circulación de Personas firmado con la Unión Europea, lo que ha suscitado un incremento continuo de la inmigración. Estos inmigrantes, que hallan empleo y desempeñan un papel indispensable en el mercado laboral, son objeto de explotación política por parte de partidos como la UDC, quienes han introducido la inquietante noción de una “Suiza de 10 millones”. Este concepto ha avivado temores relacionados con la sobrecarga de infraestructuras, congestionamientos viales, problemas en el sistema ferroviario y la dificultad de encontrar viviendas asequibles, particularmente en las urbes más grandes del país.


Imagen: Pexels.

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