Denuncia “la demora de las investigaciones” acerca de la masacre del Valle del Javari. Critica que se desmonten “las políticas públicas de asistencia y protección ya conquistadas”.
El Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, CNBB, ha lanzado una nota en la que cobra de las autoridades rápidos esclarecimientos del crimen cometido en agosto contra indígenas aislados. Al mismo tiempo denuncia los peligros que amenazan a los pueblos tradicionales de la región y el desmonte de las políticas públicas en su favor.
Se trata de un escrito en el que la Iglesia de esta parte de Brasil, reunida en asamblea, defiende con vehemencia a aquellos “que optaron por el aislamiento”, pues, como recoge el propio texto, “esas personas y pueblos tienen ese derecho”. No podemos olvidar que eso es consecuencia de un primer contacto traumático y violento.
La nota pone en duda el trabajo de quienes deberían resolver este crimen, con palabras fuertes que ponen de manifiesto que la Iglesia no está dispuesta a dejarlo pasar, como si no hubiese ocurrido nada: “nos sorprende y nos inquieta profundamente la demora de las investigaciones para esclarecer los hechos y la toma de medios posibles”, afirma con valentía la Iglesia del Regional Norte 1 de la CNBB.
Junto con esta denuncia concreta sobre lo ocurrido en el Río Jandiatuba, la nota aprovecha para denunciar la situación de sufrimiento que los más pobres viven en la región, víctimas de la corrupción institucional por la que Brasil atraviesa y que han llevado al propio Presidente de la República, Michel Temer, a tener un índice de aprobación del 3%, como constata una encuesta publicada hace días.
Al mismo tiempo, hacen una decidida defensa de los movimientos sociales, cada vez más criminalizados por el gobierno por el simple hecho de defender un sistema social alternativo, donde los derechos de todos sean respetados. Remarca en especial la importancia del Consejo Indigenista Misionero, CIMI, atacado y difamado por cometer el pecado de “asumir la causa de los Pueblos Indígenas”.
Los firmantes del escrito son conscientes de ir “a contramano del sistema que prioriza el lucro en detrimento de toda vida y de la Creación”, actitud que viene motivada “porque creemos en el Reino de Dios iniciado por Jesucristo que nos conduce a la Tierra Sin Males que nace cada mañana”.
Al fin y al cabo, todos tenemos nuestros ideales de vida, y para el cristiano estos deben estar siempre inspirados en la construcción del Reino y la defensa de los más pobres.
PUEBLOS INDÍGENAS EN LA AMAZONIA: NOTA SOBRE LOS HECHOS OCURRIDOS EN LA TIERRA DEL RÍO JANDIATUBA – AMAZONAS
Nosotros obispos, padres, diáconos, religiosos y religiosas, laicos y laicas reunidos en Manaos-AM, del 25 al 28 de septiembre de 2017, en la 45ª Asamblea del Regional Norte I de la CNBB que comprende la Archidiócesis de Manaos, las Diócesis de Roraima, Coarí, São Gabriel da Cachoeira, Parintins y las Prelaturas de Tefé, Borba e Itacoatiara, unidos a la Diócesis de Alto Solimões, tuvimos conocimiento de la posible masacre de los indios aislados conocidos como “Flecheiros”. Las noticias se refieren a lo sucedido en el mes de agosto de este año en el río Jandiatuba (São Paulo de Olivença-AM), en la Tierra Indígena del Valle del Javari, implicando a buscadores de minerales.
Venimos por medio de esta, a manifestar nuestra preocupación y repudio a una nueva violencia perpetrada contra Pueblos Indígenas. Entre los 14 Pueblos Indígenas Aislados de la Región del Valle del Javari, existen algunos que optaron por el aislamiento, ya que el primer contacto con la sociedad envolvente fue tan traumático y violento que escogieron aislarse de nuestro modo y forma de vivir. Esas personas y pueblos tienen ese derecho.
Con el Papa Francisco afirmamos: “Hace falta incorporar la perspectiva de los derechos de los pueblos y las culturas, y así entender que el desarrollo de un grupo social supone un proceso histórico dentro de un contexto cultural y requiere del continuado protagonismo de los actores sociales locales desde su propia cultura” (encíclica Laudato Si’, nº 144).
Nos sorprende y nos inquieta profundamente la demora de las investigaciones para esclarecer los hechos y la toma de medios posibles.
Denunciamos también, los varios proyectos de explotación minera que degradan la vida en sus múltiples formas en la Amazonia, singularmente la de los Pueblos Indígenas, Ribereños y Comunidades Tradicionales. Nos preocupa y nos causa indignación el desmonte de las políticas públicas de asistencia y protección ya conquistadas y puestas en marcha, así como la criminalización de los movimientos sociales y sus líderes, inclusive con el asesinato de alguna de ellas. Manifestamos nuestra solidaridad al Consejo Indigenista Misionero – CIMI, objeto de ataques y difamación por asumir la causa de los Pueblos Indígenas.
De esperanza en esperanza, vamos a contramano del sistema que prioriza el lucro en detrimento de toda vida y de la Creación, porque creemos en el Reino de Dios iniciado por Jesucristo que nos conduce a la Tierra Sin Males que nace cada mañana.
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Fuente: www.periodistadigital.com/religion