“Un laboratorio sinodal”: así define Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, Arzobispo de Trujillo en Perú y Presidente del CELAM, la experiencia de la primera Asamblea Eclesial, realizada hace un año en Ciudad de México. Lo afirma en una amplia entrevista con Vatican News cuando ha concluido, en la mañana del martes 29 de noviembre, el encuentro de los Presidentes y Coordinadores de las Asambleas Continentales del Sínodo. La sede ha sido la Secretaría General del Sínodo, ubicada en Via della Conciliazione 34, a pocos pasos de la Plaza de San Pedro.
¿CÓMO SIGUE EL CAMINO SINODAL?
Tras la publicación del documento orientativo de la Fase Continental, el 27 de octubre pasado, y tras esta reunión, Cabrejos adelanta que, en el caso de América Latina, en 2023 se celebrarán encuentros presenciales con los delegados de las Conferencias Episcopales. Durarán cinco días, se realizarán por las cuatro regiones del continente (México y América Central, el Caribe, los países bolivarianos y el Cono Sur) y las sesiones se alternarán el trabajo entre el Pueblo de Dios y los Episcopados de cada región. El calendario ya está definido para febrero y marzo de 2023.
Cabrejos destaca el método de la conversación espiritual que también primará en el conjunto de encuentros próximos. Se trata, dice, de una “experiencia espiritual”, que se puede aplicar para escuchar, discernir y elaborar propuestas. A su vez, reflexiona sobre la realidad socio-política de América Latina y el trabajo de la Iglesia en los distintos contextos.
Una “experiencia espiritual”, que se puede aplicar para escuchar, discernir y elaborar propuestas.
EL ESPÍRITU SANTO GENERA LA ARMONÍA EN LA IGLESIA
Otro de los asistentes al encuentro, el Padre Pedro Brassesco, Secretario General Adjunto del CELAM, comenta que están trabajando en la organización de los encuentros mencionados por Cabrejos en la conversación con los medios vaticanos.
Brassesco destaca la riqueza de la diversidad del trabajo en los distintos continentes y aprecia el proceso sinodal como lo ha querido el Santo Padre, quien los anima a seguir en el camino y recuerda constantemente que el Espíritu Santo genera la armonía. “A partir de las diferencias, nos enriquecemos, y poniéndonos en manos del Espíritu, como en Pentecostés, se va generando esa armonía, por supuesto en el marco de la oración necesaria para que esa presencia se haga realidad entre nosotros”, añade Brassesco.
EL TESTIMONIO DE UNA IGLESIA VIVA
Al término del encuentro, el Cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo, expresó su gratitud y asombro por lo compartido estos días. Según recoge un comunicado, el Purpurado enfatizó que el intercambio “muestra que el camino ya está bien encaminado y que tenemos mucho que aprender unos de otros. Tengo una gran esperanza en nuestra tarea, que es y sigue siendo ante todo la evangelización: el anuncio de la buena nueva de Jesucristo. Este es el camino sinodal. En este viaje no debemos tener miedo a las tensiones, que también pueden ser saludables. No debemos excluir a nadie y escuchar a todos. Incluso a los que están fuera del recinto formal de la Iglesia, porque a veces la Iglesia está presente donde no pensábamos encontrarla”.
LA AUDIENCIA CON EL SANTO PADRE
En un ambiente fraterno, los participantes en el encuentro fueron recibidos por el Papa en la tarde del lunes 28, en una audiencia privada. El Cardenal Jean-Claude Hollerich, Arzobispo de Luxemburgo y Relator General de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, pronunció un saludo.
Los representantes sinodales se turnaron para una presentación de dos minutos sobre los frutos del proceso en curso en sus respectivos continentes o regiones, seguido de un tiempo de diálogo, con preguntas y respuestas al Pontífice, quien les dirigió un discurso espontáneo. La reunión fue de dos horas.
Fuente: www.vaticannews.va / Imagen: Pexels.