República Democrática del Congo: Mejorar las oportunidades de ganarse la vida de las supervivientes de la violencia sexual

En Kivu del Norte, el Servicio Jesuita a Refugiados ofrece protección a las mujeres desplazadas a través de formación profesional y actividades generadoras de ingresos.

En Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo, el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) ofrece protección a las mujeres desplazadas a través de formación profesional y actividades generadoras de ingresos para ayudarlas a mejorar sus medios de ganarse la vida y ser autosuficientes. La falta de oportunidades y los recursos limitados contribuyen a la situación de incertidumbre de las mujeres desplazadas, que a menudo son el único sostén de la familia. La mayoría de ellas perdieron a sus esposos en el conflicto armado o fueron abandonadas tras sufrir abusos sexuales por parte de grupos armados o por su propia pareja sentimental. Ellas se han quedado solas haciéndose cargo de sus hijos.

Un grupo de 200 mujeres desplazadas participaron en el proyecto de prevención de violencia sexual y de género mediante ayudas económicas y el alquiler de tierras para actividades agrícolas. Todas las mujeres beneficiarias directas de este proyecto del JRS, financiado por ONU-Mujeres, han estado o corren el riesgo de ser violadas por grupos armados que se encuentran en el parque nacional de Virunga, donde las mujeres de los asentamientos para desplazados cercanos recogen leña para poder subsistir. El proyecto les proporcionó medios de vida alternativos mediante la capacitación en agricultura. Mientras crecen las verduras recién plantadas, el JRS les proporciona ayudas económicas en efectivo. Las verduras se venderán fácilmente en los mercados de Goma ya que hay una gran demanda.

La mejora de las oportunidades de medios para ganarse la vida no solo se refiere a la autosuficiencia económica; también se trata de recuperar la dignidad, la confianza en ellas mismas y la esperanza. Las supervivientes de la violencia sexual y de género a menudo son estigmatizadas y excluidas por sus familias y comunidades. A menudo son repudiadas por sus esposos, y en consecuencia se quedan sin ningún tipo de apoyo social y familiar. Mientras que las formaciones técnicas las ayudan a adquirir habilidades para poner en marcha una vida sostenible, el JRS también las acompaña con apoyo psicosocial que las ayuda a sanar de sus heridas y a redescubrir la esperanza. Una parte importante del apoyo psicosocial consiste en ayudar a las mujeres a crear redes de apoyo social y a darse cuenta de que no están solas, que hay otras mujeres que tuvieron la misma experiencia y que otra manera de vivir es posible.

Las actividades generadoras de ingresos y las oportunidades de trabajo por cuenta propia alivian el estrés de depender de la ayuda humanitaria y fomentan la integración, la cohesión social y la resiliencia. Las mujeres que participaron en el proyecto del JRS han recuperado su fuerza interior y siguen adelante a pesar del sufrimiento por el que tuvieron que pasar. Ahora cuentan con herramientas para enfrentar otra crisis y con unas redes sociales que las ayudan a enfrentar la estigmatización y la soledad.

Con estas oportunidades, las mujeres desplazadas ganan en protección, oportunidades y participación.

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Fuente: https://jrs.net/es

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